El llanto de Lot

Yo te gritaba:

- Corre, corre, Edith, y no mires atrás

Y los dos huíamos jadeantes, subiendo por aquella abrupta ladera.

A ratos te tendía la mano, a ratos nos soltábamos para sujetarnos a las piedras.

Detrás, la destrucción, los gritos, la desesperación... Pero nosotros éramos afortunados por poder escapar a Zoar.

- Corre
Y tú caíste y te ayudé a levantar. Cruzamos una mirada que nos dio fuerzas para seguir avanzando.

- Corre

Porque no había que volver la vista atrás, porque no debía importarnos ya lo que quedaba a nuestras espaldas.

- Corre, Edith, no te detengas

Pero tú sentiste la necesidad de ver el lugar que abandonábamos, de tener la imagen final de lo que había rodeado nuestra vida tantos años, esa ciudad condenada a ser muy pronto solamente un recuerdo. O quizá fueron los alaridos desgarradores, el horror, tu compasión hacia esas personas con las que convivíamos, por las que nada podíamos hacer mientras morían entre las llamas. Ya nunca sabré lo que te impulsó a volver hacia el pasado esa mirada que nos hizo perder nuestro futuro.

Ahora, soy yo quien mira atrás, irremediablemente. Observo tu silueta sin vida y recuerdo la primera vez que sentí tu piel. Viene a mí esa sonrisa tuya que se abría paso decidido entre el miedo y el dolor cuando nació nuestra primera hija. Todo se agolpa ahora como en un ahogo: el vino que me servías cada día cuando regresaba a guardar el ganado, las historias que le contabas a nuestra hija pequeña, las conversaciones al anochecer sentados en la puerta de casa, la angustia de no entender a Dios.

Hace apenas unos momentos, huíamos hacia una nueva vida, llenos de incertidumbre y de deseos. Y ahora ya nada me importa. Ni lo que dejo atrás ni lo que pueda haber más adelante.

Mi desesperanza está atrapada entre aquel fuego lejano y este mar cercano.

Aquel fuego, lo último que vieron tus ojos.

Este mar triste de tu sal y mis lágrimas.

(El escritor Luis Felipe Comendador propone en su blog Diario de un Savonarola un meme consistente en escribir algún texto sobre el mito de la mujer de Lot. La propuesta me llega a través del blog Dame una tregua de mi querida Bárbara Blasco y ésta es mi aportación. Todos los textos participantes se van reuniendo en esta entrada del blog del promotor de la idea).

10 comentarios:

Melba Reyes A. dijo...


Me gusta tu versión, muy humana y plausible.

Salud♥s

Bárbara dijo...

Cómo me gusta que te hayas animado. Y encima te quedó bonito. Un besazo, guapo.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Pues creo que has superado el reto con creces, he leído alguna más por ahí y me gusta mucho la tuya. Original esa idea que os ha movido a traer de nuevo a la vida esa estatua de sal...que se quedó así porque miró hacia atrás.

Un beso

Anónimo dijo...

yo sí que miro atrás y pienso en lo que se ha convertido el chapapote.

Carlos J. Galán dijo...

Será que me salen siempre así las cosas: humanas. Un saludo afectuoso, Melba.

Merci, Bárbara. Mi relato es normalito, una visión un poco topiquilla, porque la idea daría más juego trasponiéndola a nuestro tiempo o haciendo alguna variación, pero esto es lo que sé hacer. Otro besazo para ti y gracias por difundir la iniciativa.

Me alegro de que te guste esta versión personal del mito, Shikilla. Besos.

Anónimo, no estaría mal que el chapapote se transfigurase como en la foto.

marisol dijo...

¿por qué no me haces caso?????, LIBRO YAAAAAAAAAAA

TortugaBoba dijo...

Precioso. Chico, es que te salen las palabras con una ternura tremenda. Besito.

Carlos J. Galán dijo...

Marisol, todos los textos de esta meme sobre la mujer de Lot los van a publicar en una revista impresa.

Pues me alegro de que te guste, Tortu. Échate un vistazo a la meme, que está bien, los hay
ucho mejores que el mío por descontado. Beso.

ana dijo...

Muy bueno ,colega,todo una pieza literaria.

Carlos J. Galán dijo...

Gracias, Ana. No es muy bueno, es pasable, pero bueno,era una colaboración, un ejercicio literario, que nunca viene mal.