Con voz propia

El pasado 23 de abril, festividad de Sant Jordi en Cataluña y Día del Libro, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) -en cuyo Campus Virtual colaboro como docente- nos invitó a participar en una lectura de textos de literatura catalana, dentro de la iniciativa Amb veu pròpia, promovida por el portal LletrA en el marco de la Semana de la Cultura Catalana que el Centro Cultural Blanquerna organiza en Madrid.

Intervine en la actividad con un fragmento del cuento El río de la vida, incluido en el libro Con la soga al cuello, original de Flavia Company, una escritora de la que, unos días más tarde, precisamente hablé aquí.

La sede de la UOC en Madrid tuvo la amabilidad de obsequiarme, como es tradición, con una rosa y un libro, en este caso Viajes y viajeros, del que son autores David Rull y Jordi Serrallonga, los promotores del interesante blog Quadern de Viatges.

Y aquí encontrarán los videos de otros lectores que también participaron en la iniciativa, entre ellos el Delegado de la Generalitat de Catalunya en Madrid, el responsable de Actividades del Centro Cultural Blanquerna, compañeros colaboradores de la UOC, etc., con diversos textos y autores, desde Ramon Llull a Joan Margarit, desde Carme Riera hasta Carlos Ruiz Zafón.

Ha muerto Mario Benedetti

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías
cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza
cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea
cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada
cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más que lo que palpo
o que tu amor (...)
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos (...)
cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos/ sois mi utopía.
-Mario Benedetti-Utopías-
Y ahora quién va a a ponerle versos nuevos a mis amores, a mis fiestas, a mis dudas, a mis muertes, a mis esperanzas. Quién va a enseñarme a decir a los demás que pueden contar conmigo, a descubrir lo concurrida que puede estar la soledad, a encender el futuro con unas pocas brasas, a usar la metáfora ganzúa para curvar barrotes, a leer en tus ojos de muchacha, a enterarme de que hay días en que la alegría tira piedritas contra mi ventana, a mirar en los espejos y en las sombras, quién me dirá que todos somos una patria, quién cantará el camino codo a codo, quién me va a recordar que el Sur también existe, qué cómplice sabrá que también yo soy un caso perdido.

Menos mal que, antes de marcharse, aprendimos con él a defender la alegría como una trinchera. A defenderla también de las ausencias. Porque inevitablemente, desde hoy, el mundo es menos hermoso sin este viejo uruguayo tiñéndolo con sus palabras.

(La secuencia es de la película El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subiela, con el texto No te salves, de Mario Benedetti).

Antonio Vega

... Ahora tú
no dejes de hablar


-Antonio Vega- Una décima de segundo-

Ese chico triste y solitario se llamaba el disco que le dedicaron muchos compañeros de profesión (Ketama, Rosendo, Ramoncín, Germán Coppini, Los secretos, Aviador Dro…) interpretando las canciones que él compuso. Ese chico ha fallecido hoy, a los 51 años, dejando tras de sí una trayectoria musical que comenzó con Nacha Pop en 1980 y que completó como solista desde 1991.

Antonio nos ha legado algunas de las canciones que han marcado la vida de una generación, tanto en los álbumes del grupo (Nacha Pop, Buena disposición, Una décima de segundo, Dibujos animados…) como en los que publicó en solitario (Océano de sol, Anatomía de una ola, 3000 noches con Marga…). De las decenas de buenas composiciones, entre tantas como me gustan, si tuviera que elegir mis temas favoritos no sería nada original y citaría especialmente tres: La chica de ayer –a estas alturas, casi un himno-, Una décima de segundo –absolutamente inolvidable la versión con Teo Cardalda al piano- y esa joya titulada El sitio de mi recreo.



Quienes sigan el blog quizá hayan observado que en el lateral, entre los enlaces musicales, desde el principio estuvo el de Antonio Vega.

Con cierta frecuencia, me gustaba aún hoy irle a escuchar a Clamores y Galileo Galilei. Tenía días..., pero siempre era algo muy especial. Y es que Antonio Vega, aun sin dientes, y hasta sin ganas, le da un millón de vueltas a muchos de los productos de marketing que están en el candelero. Era un artista, un creador con gran talento, un poeta.

En cierta ocasión un tío mío intentaba explicarme lo que sentía cuando morían las grandes estrellas de Hollywood que habían marcado su juventud. Ahora creo que –por desgracia- le voy entendiendo mejor: algo así siento yo con muertes como ésta. Si todos los días va muriéndose algo de nosotros –y también nacen cosas nuevas-, con Antonio Vega se va algo de la mejor época de mi vida. Porque sus acordes son –perdónenme el inevitable tópico- parte de la banda sonora que pone fondo a mis recuerdos de las tardes en la Universidad o haciendo pellas ("vivo en la calle, estudio de aprendiz / con libros que en la escuela nunca vi"), las risas con Blanca y Jose, los conciertos de San Isidro, Alaska en el Palacio de los Deportes, el bocata de calamares escuchando música en la Plaza Mayor, el Penta ("luego por la noche al Penta a escuchar / canciones que consiguen que te pueda amar"), La Vía Láctea, El Zurdo, los ratos de tranqui en La tetería de la abuela ("y es que no hay nada mejor que revolver / el tiempo con el café"), tomar algo con Pilar en la Casapueblo, el mercadillo de Santa Ana, las escapadas con Fernando en la Vespa por Malasaña ("un viaje más, / olvidar la luz en un bar / durmiendo mal y soñando con cantar"), aquellos ojos de Susana ("y es que hoy aún / quedan ojos que mirar. / No se oiga ni una queja más..."), los sitios de mi recreo, las chicas de ayer. 

El llanto de Lot en la revista Meme

El texto El llanto de Lot, que publiqué hace algunas semanas en este blog, ha sido incluido en la edición impresa de la revista Meme, un nuevo proyecto del poeta y editor Luis Felipe Comendador.

Como ya expliqué en su momento, este escritor lanzó desde su blog Diario de un Savonarola una invitación a escribir sobre el mito bíblico de la mujer que se convirtió en estatua de sal. Más de una treintena de miradas muy diversas (recreación, reflexión, poesía, narración, sensibilidad, buen humor...) y también optando por distintas formas (prosa, verso, ilustración...) respondimos a este reto. Y el resultado de este meme sobre La mujer de Lot se ha plasmado también en una cuidada edición ilustrada.

Este primer número de la revista Meme puede adquirirse contactando con felipe@lfediciones.com. Los 10 € de su coste van destinado al proyecto SBQ solidario, una iniciativa de creación de escuelas en Perú, Senegal y Gambia.