Francis Acedo me lanza ahora a mí el desafío -que a él mismo le había hecho antes una presentadora de televisión y bloguera, Sara Solomando- de decir seis pequeñas cosas que me hagan feliz.
No soy muy amigo de los memes ni de las cadenas internautas, pero proponiéndolo quien lo propone... A Francisco Acedo le conocí en Cáceres en el año 2006. Sin que nos conociéramos previamente, aceptó presentar una conferencia mía en el Ateneo (institución cuyos responsables me acogieron con una hospitalidad y cordialidad que recuerdo con gratitud) convocada por nuestros comunes amigos de la asociación cultural Aldana. Por mi etiqueta políticamente incorrecta y por el contenido de la propia conferencia, fue el suyo un gesto valiente, de esos en los que corría algún riesgo y absolutamente nada tenía que ganar. Pero Francis es de esas raras personas con un sentido caballeresco y noble de la vida, una persona íntegra e intelectualmente valiente. Con decir que es un ejemplar de político honrado, está todo dicho en cuanto a su singularidad. Concejal del Ayuntamiento cacereño y Diputado provincial por el PSOE, dejó sus cargos por discrepancias, es decir prefirió ser coherente antes que interesado. Licenciado en Filosofía y Letras, historiador, profesor… es, además, un prolífico autor teatral con numerosas obras estrenadas y creo que ha llegado a ser finalista de los premios Max.
Como no tengo capacidad de síntesis y soy un indeciso, divagaría largamente sobre las cosas que me hacen feliz. Mis momentos felices tienen mucho que ver con la gente a la que quiero, con los libros que leo, con lo que escribo, con el arte (música, cine…)…
Es decir, genéricamente me hace feliz, por ejemplo, que una chica que me guste muestre interés por mí, hacer cosas junto a los/as amigos/as, viajar, leer algo que esté bien, escribir algo que me satisfaga, escuchar una canción que me guste, pasear, mantener una buena conversación, reírme con las locuras que hace de mi gato…
Pero como se trata de que sean sólo seis cosas sencillas, lo que he hecho, ante mi incapacidad para ser concreto, es echar la vista atrás y recordar seis pequeñas cosas (grandes, en realidad, porque la grandeza casi siempre se esconde en lo pequeño) reales que me han hecho sentir bien en las últimas semanas:
- Las risas que nos hemos echado los tres Carlos delante de unas cañas en Soria, Guadalajara y Huesca, sacándole punta a todas las situaciones que hemos vivido en esos viajes. Me dolía ya todo de reírme tanto.
- Hacer planes para ir a Argentina a finales de este año, imaginar y preparar un viaje deseado hace mucho tiempo. Buscar datos en internet, recopilar los contactos de amigos argentinos, chatear con Pat haciendo algunos planes, escuchar las recomendaciones de los dos Carlos y de Lorena, ver lo que me va proponiendo Mario desde su agencia… Tengo tantas ganas de ir que disfruto sólo con imaginarlo.
- Escuchar los versos de Machado y Benedetti cantados por una coral murciana delante de la catedral de Florencia, en Italia. Momento inesperado y emocionante que me erizó la piel. Tampoco estuvo nada mal escuchar a Calamaro cantando el Volver de Gardel en el coche de Carlitos por los pueblecillos de Soria, pero me inclino por la otra por ser música en vivo y en directo.
- Conocer a Renatta en Florencia. Lástima que fuera el último día de mi viaje y no el primero.
- Ver ganar al Atleti el miércoles pasado en el Calderón, consiguiendo volver a la Liga de Campeones europea. Qué impresionante la afición y qué alegría se respiraba.
- La comida con Belén en Montfalcó Murallat. La compañía estupenda, el entorno encantador y la cocina espectacular, de lo mejor que recuerdo en mucho tiempo. También con Belén, momentos inolvidables fueron las cañas al atardecer en La Sibil-la, junto a la Seu Vella, viendo Lleida desde lo alto.
Y como tengo, a mi vez, que lanzar el mismo reto a seis blogueros más, lo siento por los interesados, que ya me perdonarán, pero ahí va la lista: se lo propongo a Tortugaboba, a Fernando Solera, a Shikilla, a Silvia, a Pegasa y a María Gemma, por si les apetece contarnos seis pequeñas cosas que les hacen felices y, si quieren, meter en el mismo embolado a otros seis incautos. Fijaos mejor en cómo lo hizo Francis Acedo, porque yo no he sido muy ortodoxo en el cumplimiento.
Seis pequeñas cosas que me han hecho feliz
10 años de Imágenes del Ayer
¡Cómo pasa el tiempo! De acuerdo, no es una frase muy original. Pero es que hace poco me di cuenta de que el pasado 14 de agosto se cumplió ya nada menos que una década desde la inauguración de la primera edición de la exposición Imágenes del Ayer en El Hoyo de Pinares.
He contado y escrito en muchas ocasiones el origen de esta iniciativa, que recuerdo con satisfacción y de la que aparece un reflejo permanente en la columna derecha del blog. Curioseando entre papeles de mi padre, encontré una serie de fotografías en blanco y negro sobre acontecimientos, costumbres y tradiciones de mi pueblo ya desaparecidas entonces (concursos de corte de troncos, festividad de San Isidro Labrador, rondallas...). Se me ocurrió que otras muchas familias podrían conservar estampas similares y de ahí nació la idea de hacer una exposición, que se llevó a cabo en agosto de 1998, bajo la cobertura organizativa de Cultura Joven y la Peña Lolailo y en la sala de exposiciones cedida por el Ayuntamiento.
Recopilé primero un centenar de fotografías entre algunos familiares, amigos y conocidos y así organizamos esa primera muestra. Fue tanto el éxito de asistentes, de eco en los medios informativos y de acogida popular, que tuvimos que organizar una segunda edición al verano siguiente, 1999, donde ya se reunieron más de cuatrocientas fotografías.
Y con una selección de las mismas se editó un libro catálogo, patrocinado por Caja de Ávila. Ese álbum gráfico fue presentado públicamente, en un acto presentado por Antonio Ropa (entonces secretario de la Peña Lolailo), por la periodista Ana Agustín, persona a la que tengo gran afecto y que entonces dirigía en Onda Cero Protagonistas Ávila, de cuya tertulia yo había formado parte.
Fue una experiencia inolvidable y yo escribí entonces esto: "Ante éstas imágenes pasaron niños preguntando a sus padres por rostros, actividades o edificios que ya sólo existen en el recuerdo. He visto a personas mayores evocar, creo que sin nostalgia pero con cariño, épocas muy difíciles, tiempos de luchar cada día, de hambre, de duros trabajos, un pasado sobre el que se ha ido asentando cuanto hoy somos. He visto a mucha gente reafirmar sus deseos de recuperar, en unos casos, o de no perder, en otros, nuestras tradiciones, porque forman parte de nuestra identidad. He sorprendido algunas lágrimas en los ojos al encontrarse con seres queridos que ya no están aquí. Y he visto también muchas y amplias sonrisas, he escuchado innumerables bromas, anécdotas, comentarios simpáticos. Hemos pasado, sin duda, buenos ratos compartidos en torno a este puñado de imágenes para el recuerdo".
Diez años ya, uffff. Y a mí me parece que hace nada. Me gustaría que hubiera una nueva edición. A ver si uno de estos veranos consigo estar menos liado y organizamos, con apoyo municipal y de asociaciones, una tercera exposición. Habría muchas fotos inéditas (la gente ha seguido entregándome imágenes o diciéndome que las tiene y los actuales sistemas de escaneado facilitan el trabajo y eliminan las desconfianzas). Y habría también nuevos espectadores, porque ahora que soy consciente del tiempo que ha pasado, también sé que hay ya gente joven que por edad no tuvo oportunidad de verla en su momento.
Esto es lo que salió en el informativo territorial de TVE con ocasión de la primera edición de esta muestra:
(Fotografías del autor y de Tere Galán)
Etiquetas: El Hoyo de Pinares, Fotografía, Historia, Imágenes del ayer, Libros, Mi pueblo
Mi Atleti vuelve a Europa
Muy grande el pequeño argentino. Llegó cansado de Pekín, pero marcó el gol que abría el marcador, dio el pase del tercero e intervino en no pocas jugadas de calidad. Mejoría en defensa, con Heitinga y Ujfalusi junto a Perea. Contundencia en la delantera, con el tandem Forlán-Kun que ya dio buen resultado la pasada temporada, aunque espero que no nos quedemos cortos en los recambios, porque este año tenemos un calendario de competición más apretado. Y aparentemente sigue faltando un organizador de juego en el centro.
Fantástico, como de costumbre, el ambiente en el estadio. La afición arropando a su equipo todo el tiempo hasta remontar con creces una eliminatoria que teníamos en contra. Y disfrutando todos al final. Nadie se fue antes de tiempo para evitar los atascos, el público no se movía una vez acabado el partido, aplaudiendo, cantando… Alguna de las nuevas incorporaciones, que no debía saber del todo cómo es esta increíble afición, estaba alucinando. Pocas veces se hace la ola en el Manzanares y el miércoles fue una de esas veces.
Yo no entiendo realmente de fútbol, sé muy poco de técnicas, estrategias… Lo mío es algo más visceral, más de tribu. Quizá porque en mi vida cotidiana soy tan partidario de diálogo, del razonamiento, de la prudencia… que esto es una pequeña válvula de escape inofensiva en la que prima el forofismo, el cariño incondicional a unos colores. Por muy grandes que sean los equipos o muy interesantes que sean los partidos, no suelo ver ninguno que no sea del Atleti o de la selección española.
Creo que lo mío tiene mucho de sentimental. Crecí viendo a mi padre con la oreja pegada a la radio cada domingo, comprobando como, una semana más, el Atleti le estropearía la quiniela. Él vio en la tele la final europea contra el Bayern donde comenzó la leyenda del pupas y, sin embargo, no llegó a vivir el doblete. En él fue en lo primero que pensé cuando sonó el pitido final y el Atleti ganó la Liga en 1996 después de haber ganado ya la Copa.
Vine por primera vez con mi padre al Vicente Calderón con doce años, a ver a nuestro equipo frente al River Plate en un Trofeo Villa de Madrid. Perdió el Atleti a los penaltis, supongo que para que me fuera acostumbrando desde pequeño.
Pero, cuidado, porque tengo un raro récord: después de esa primera vez no recuerdo haber visto perder nunca más al Atleti en su estadio cuando he ido, siempre ha empatado o ha ganado y el otro día siguió la racha. No es que vaya a muchos: en la etapa de Futre-Schuster sí fui con frecuencia, pero ahora quizá suelo ir cinco o seis veces al año. Aun así no está mal que nunca le haya visto perder en el campo (en la tele no me da resultado). He visto partidos buenos, malos y regulares, con sufrimiento casi todos (no sería el Atleti si no) y con dosis de disfrute otros, pero nunca ha vuelto a perder cuando yo he estado allí. Cerezo debería invitarme para que asistiera con más frecuencia.
Bueno, pues eso, que los atléticos estamos alegres por regresar a la Liga de Campeones de Europa y por haberlo hecho con una goleada memorable. Espero que en la siguiente fase pasemos el Atlético y el Liverpool de nuestro Fernando Torres. Aquí tienen los goles del miércoles, que son de antología.
Homenaje a Alipio García León
Hace algunos meses, anuncié en este blog la celebración de un acto en el que tenía el honor de intervenir, un homenaje a Alipio García León con ocasión del centenario de su nacimiento. En la entrada que entonces publiqué ya daba algunos datos que permitían conocer algo de la trayectoria profesional y humana del homenajeado.
Hasta ahora no había publicado la reseña de este acto, de cariñoso recuerdo a quien fue durante medio siglo practicante titular en mi pueblo, porque estaba esperando a tener su grabación videográfica. Finalmente, me la han facilitado, pero no tiene un formato apto para su manipulación y publicación en internet, así que, para no demorarlo más, dejo aquí ya un resumen de las intervenciones, sin perjuicio de que, si consigo adaptarla, actualice esta entrada añadiendo la grabación de las mismas.
Vecinos, compañeros y amigos del homenajeado llenaron el salón de sesiones del Ayuntamiento de El Hoyo de Pinares, donde se desarrolló el acto, que fue presentado por la concejala Isabel Gallego.
Tomó la palabra en primer lugar el sacerdote y escritor Francisco López Hernández, quien dió íntegra lectura a la biografía que escribió de Alipio García León, contenida en el segundo tomo de su obra Personajes abulenses.
A continuación se leyó también un escrito remitido por un veterano compañero del homenajeado: José Carbó Lomba, quien fuera en su día Presidente del Colegio de Practicantes de Santander. Carbó recordó que Alipio "participó en todo tipo de iniciativas con entusiasmo juvenil durante todos los años que vivió" y le retrató como "un hombre solidario con los demás" y como "un compañero excepcional, entregado a los otros sin escatimar esfuerzos ni admitir derrotas". Al rememorar su trayectoria profesional hizo notar que "muchos de los que acompañáis su recuerdo en este acto fuisteis asimismo acompañados por él en vuestro nacimiento", pues fue comadrón y atendió a más de 2.500 partos. Como ejemplo de las dificultades de esa labor, Carbó recordó las vicisitudes de un parto de trillizos en el año 1970, en el que fue imposible el traslado al hospital. "Estuvo al servicio de los vecinos 24 horas y, aunque por puntos pudo optar a traslado decidió quedarse en su medio rural". También "luchó por la dignidad de la profesión sin paños calientes ni medias tintas, con independencia y libertad" y "puso su persona y su pluma a disposición de su pueblo".
Entre los testimonios de amigos, el ingeniero técnico aeronáutico Andrés del Prado evocó su faceta literaria, con el pseudónimo García del Hoyo, tanto en El Diario de Ávila como en otros medios, así como los grupos de teatro que impulsó. Describió su minucioso ceremonial de practicante: “Encendía, en una cajita metálica muy limpia y brillante, una llama de alcohol en la que, cuidadosamente, desinfectaba sus agujas. No había, como hoy, agujas desechables de un solo uso. Después, con cuidado, tomaba la medicación y, mirando al trasluz, la trasvasaba a su jeringuilla. Te miraba con afecto, también con un poco de sorna al ver en tus ojos temor, y añadía: ‘No lo vas a sentir’; y conseguía que el temido pinchazo, fuera más llevadero. Todo un buen profesional de la medicina y de la psicología era el bueno de D. Alipio”. No olvidó Andrés que este profesional “atendía a partos, roturas de huesos, infecciones, epidemias de tifus, picaduras de alacranes, coces de mulas o cornadas de toros sin inmutarse. Con su inescrutable maletín de cuero negro, con cajitas metálicas limpias y brillantes dentro y no sé cuántas cosas misteriosas más, asistió impertérrito a todos los hoyancos que lo necesitaron. Por delante de sus ojos han pasado amigos a los que ayudó a nacer y amigos a los que ayudó a morir”.
Una prestigiosa artista de nuestra localidad, la acuarelista Teresa Beltrán, también nos brindó el testimonio de su faceta más humana, “con una emoción especial al recordarle hoy aquí, aunque personalmente lo haga cada día”. Afirmó que “siempre aportó luz a mi vida. Tuve la suerte de disfrutar de una verdadera amistad”. “Me fascinaban -añadió- sus ganas constantes de aprender y eso que a mí me parecía ya un hombre muy sabio”. Destacó también “su don de conciliador” y “su humanidad puesta al servicio de los demás”. “Se ha dicho –aseguró- que a muchos les ayudó a nacer y a muchos les ayudó a morir: a mí me ayudó a vivir”.
Y me tocó el turno. Yo no suelo leer en estos casos y, además, como ya habían dicho muchas cosas de las que yo pensaba haber expresado, tuve que olvidarme del esquema del guión e improvisar la mayor parte de mi intervención, que seguramente resultó por ello algo deshilvanada, pero desde luego emotiva y sincera.
Primero sorprendí a los asistentes: "En los homenajes, como habéis visto, todo el mundo habla muy bien del homenajeado. Yo voy a romper con esa costumbre. Confieso que a mí me caía mal D. Alipio". A renglón seguido, lo aclaré: "En mi descargo tengo que decir inmediatamente que esto era con siete años" dije entre las risas de los presentes. "D. Alipio -continué- llevaba entonces un bastón terminado en pincho, como los chuzos de los serenos, para apoyarse en las calles, muchas de ellas de tierra o a veces con hielo, y decía él que para defenderse si algún perro callejero le atacaba por la noche. Nosotros teníamos en el patio de casa un perro que era como el refrán: muy ladrador y poco mordedor. Oímos ladrar al perro y mis padres me dijeron que mirase a ver quién venía. Y vi que D. Alipio le enseñaba al perro la punta del bastón y le decía 'sí, sí, tú ladra que mira lo que traigo'. Además lo decía mirándome a mí con una sonrisa y yo pensaba 'qué le hará gracia a este hombre' y avisé a mi padre de que D. Alipio le quería hacer algo a Ton... Así que D. Alipio, como podéis comprender no empezó cayéndome bien, porque a esa edad una persona que amenaza a tu perro Ton y que además cada vez que va a casa te clava una aguja en el culo no puede caerte bien".
Esta imagen cambió, lógicamente, unos años después. Y recordé cómo D. Alipio alentó mi afición a escribir y me apoyó para publicar mis primeros escritos. "Ahí nació una amistad que siguió hasta su muerte y un cariño que permanece hoy".
Respecto a su labor profesional aseguré que "aparte de su gran conocimiento y su encomiable trayectoria, hay un rasgo que destacaría: siempre hizo todo lo posible por humanizar la atención sanitaria, con esos gestos de afecto y cercanía que a veces son tanto o más milagrosos que la propia medicina".
Y evoqué algunos de sus rasgos. Por ejemplo, "la curiosidad intelectual de una persona que se pasó toda su vida leyendo, escribiendo, intentando conocer, aprendiendo. Era como un humanista del renacimiento. Hoy muchos de letras no sabemos qué es un vatio y muchos de ciencias no saben quién era Baroja. D. Alipio conocía el mundo de la ciencia, de la medicina, de la biología... pero, además, era un apasionado de la historia, de la literatura...". O la sencillez, "que se reflejaba, por ejemplo, en la austeridad con la que vivió siempre" y en que "tal y como se ha dicho, pudo haber aspirado a otros cargos pero consideró que lo más importante, como decía D'Ors, es la 'obra bien hecha' y su obra bien hecha estuvo aquí, desarrollando su vocación entre su pueblo y su gente. Un afán de servicio que llevó mucho más allá de su estricta obligación". Tuve también un recuerdo cariñoso a Mari Flor, su esposa.
"Hay quien cree -finalicé- en el 'genius loci', en el espíritu del lugar. Hay quien piensa que en los sitios donde hemos hecho cosas importantes de nuestra vida o incluso donde morimos, queda algo de nosotros. Pues si es así, aquí tiene que estar hoy ese espíritu, porque precisamente en el lugar donde está este salón de actos, algunos lo recordaréis, se encontraba el antiguo dispensario médico, donde tantas veces él vino diariamente a trabajar, entrando cada día por esa misma puerta. Lo que no me cabe duda que sí flota hoy en el ambiente es nuestra gratitud y un recuerdo muy cariñoso".
Después, el nieto del homenajeado, Yod Samuel Martín, dio lectura a dos artículos de su abuelo, como pequeña muestra de la labor periodística y literaria que desarolló.
Se dio cuenta a los presentes de las numerosas adhesiones y mensajes llegados. Especialmente emotiva me pareció la carta remitida por la doctora María Arminda Gómez Vázquez, natural de Puerto Rico y que hoy ejerce la profesión en su país. Recién graduada, su primer destino en España fue El Hoyo de Pinares y allí conoció a D. Alipio, que asegura que le aportó "el vínculo de unión entre dos mundos, el de la teoría aprendida en la facultad, y el de la práctica de entregarse al servicio incondicional del enfermo". Recuerda que el veterano y experimentado practicante "se convirtió enseguida en mi maestro, pero brindándome siempre el espacio para que yo tomara mis propias decisiones". "Aprendí de D. Alipio -narra en su preciosa carta- a dar siempre lo mejor de mí, a ponerme en el lugar del que sufre, a tener una sonrisa en los labios y un corazón compasivo para cada enfermo y su familia". Y también algo curioso: a realizar una ronda noctura a los enfermos más delicados. Explicaba que al principio no lo entendía pero que luego se dio cuenta de que dormían mucho mejor. Por la mañana les llevaban medicinas, inyecciones o sueros. Por la noche simplemente les preguntaban qué tal habían pasado el día, les tranquilizaban, les ponían la mano sobre el hombro... y les dejaban paz. Todo esto constituye, dice Mindy, "el libro de las buenas prácticas de D. Alipio, que atesoro en mi corazón".
Cerró el acto la alcaldesa de El Hoyo de Pinares y diputada provincial en Ávila, Pilar Ochando, que reconoció que éste era "uno de los actos más entrañables a los que he asistido en el tiempo que llevo como alcaldesa" y recordó: "A mí también, como a Teresa, me trajo al mundo D. Alipio, y también sufrí el mismo temor de Carlos a sus inyecciones. A pesar del ritual que nos describía Andrés y de que charlaba distendidamente con mi padre, a mí me tenían luego que buscar por toda la casa, porque salía corriendo y me escondía". "Nos sentimos muy orgullosos -aseguró Pilar- de haber tenido como convecino a una persona de una indiscutible talla humana y apasionado de su profesión". "Era un vecino ejemplar, que se mostraba siempre afable y dispuesto a prestar ayuda. Si algo le caracterizaba era su vocación de servicio". Por eso, concluyó, "ha dejado una inmensa huella y el centenario de su nacimiento nos deja también el recuerdo de su sentido humanista".
Una de las hijas del homenajeado, Inma García, mostró el orgullo de haber recibido de su padre tal ejemplo de humanidad y entrega y recordó el amor que el homenajeado tenía por su pueblo, "que se plasmó en una entrega impecable, altruista e imperecedera". Manifestó el profundo agradecimiento de la familia a todos los presentes y a quienes habían enviado su adhesión, así como a todas y cada una las personas e instituciones que habían participiado en la organización, promoción o difusión del acto.
Terminadas las intervenciones, el Ayuntamiento hizo entrega a las hijas del homenajeado de una placa de recuerdo por este centenario. A continuación se proyectó un audiovisual que preparé con una selección de imágenes de la vida de Alipio García León y se sirvió un vino español.
Éste es el audiovisual con el que cerramos este emotivo homenaje a una persona muy querida y admirada entre nosotros. Como curiosidad personal, veréis que en una foto aparezco en el homenaje tributado veinte años antes, en vida de D. Alipio: intervenían en el mismo autoridades, compañeros de profesión, representantes de Colegios Profesionales, etc. y él me pidió que hablase. Yo entonces era un joven estudiante universitario y como veréis iba a mi bola: era el único de los oradores que no iba con traje sino con un jersey. Ahí terminé mi intervención con los versos de Bertolt Brecht, esos de que los que luchan toda la vida son los imprescindibles.
Algunas reseñas del acto de homenaje en otros medios:
Diario de Ávila, 18.05.08
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Estoy de vuelta. Todavía me queda esta semanilla de vacaciones, de reencuentros, de relax. Pero han terminado los viajes de verano, que ya iré contando.
Este año, no sólo han supuesto descanso, sino huida. Necesitaba posponer inevitablemente decisiones y conflictos que ahora me están esperando ahí, a la vuelta de la esquina.
Estas dos últimas semanas me he construido un universo ideal de pintura por la mañana, literatura por la tarde, música por la noche, y conversaciones, cañas, risas y amistad a todas horas. El reto ahora es conseguir incorporar a mi vida cotidiana una parte de ese universo con el que he disfrutado.
Como aperitivo, una breve antología de las mejores frases de los viajes (que yo recuerde ahora y que se puedan contar):
- "Joder macho, os estáis recorriendo toda la costa, ¿eh?" (Un amigo de Carlos V. Yo en concreto he estado en Sepúlveda, Lleida, Soria, Guadalajara y Huesca).
- Mi favorita, que la situaría en el frontispicio de cualquier sitio: "No andéis trayendo barullos al pueblo" (un vejete de una localidad soriana de 64 habitantes, mientras echaba una partida de guiñote, regañando a un veraneante que había dejado la cortina abierta y había permitido entrar una mosca en el bar).
- Una que Carlos C. me acusa de pronunciar a mí. A Carlos V. le apetecía quedarse a tomar la penúltima en el salón social de un pueblo de 37 habitantes a las seis de la mañana y Carlos C., con mejor criterio, pretendía que nos fuéramos a dormir: “Tú dímelo, Carlitos, que yo soy un inconsciente y sigo al V.” Él asegura que yo esto lo decía con tono completamente serio.
- "Pues nada, que ya me voy a casa. Es que salgo ahora de trabajar". (Un desconocido que me saludó como si me conociera de toda la vida, mientras yo estaba tomando una caña en Soria. Le contesté con la misma cordialidad que me parecía muy bien, ¿qué otra cosa podía decirle? Nos quedó la duda de si me había confundido con otro o si estaba un poco p'allá, pero nos inclinamos más por lo segundo).
- "No, si mis amigas y yo nunca entramos ahí, es que te había recomendado sitios para gente de tu edad" (una compañera de trabajo veinteañera de Carlos V. Se lo decía completamente en serio, con amabilidad. Los sitios de Guadalajara que nos había sugerido no es que pusieran pop de los ochenta, no. En un pub nos recibieron con canciones del Paleolítico Superior, en concreto Juntos de Paloma San Basilio y Enséñame a cantar de Miky, y en otro ponían musica un poquito más reciente, ya del Neolítico: Siempre Así, Los Centellas…).
- "Pero ¿cómo que 'ha tenido una actuación discreta'? Si ha batido el récord de España y ha sido quinta y sacando veinte segundos a la siguiente… Vamos a ver, que ha entrenado cuatro años para esto, que seguro que tú eres un gordo cabrón que estás ahí sentado con una cerveza…" (Carlos C. dirigiéndose al locutor durante la retransmisión televisiva de no sé qué prueba olímpica).
Hay muchas más, pero por hoy creo que ya nos vamos haciendo una idea.
Os dejo con Calamaro cantando a Gardel. Nos ha acompañado en varios viajes y Carlitos C. dice que cuando está sonando una canción como ésta y se llega a algún sitio, no se puede uno bajar del coche apagando la música, hay que esperar a que termine la canción. Por respeto.
Primer aniversario
El 7 de agosto de 2007, hace hoy justamente un año, publiqué la primera entrada de este blog: Escribir es vivir, una sencilla pero clarísima declaración de intenciones. Todavía pasaría aproximadamente una semana hasta que empecé a dar a conocer La nota discordante. Ahora, en este primer aniversario, tengo, confirmadas y acrecentadas, las mismas impresiones que expresé cuando cumplió el primer mes de vida.
Desde que comencé a publicitarlo, se han registrado casi 36.000 visitas, lo que supone una media superior al centenar de accesos diarios, algo sorprendente para mí que, por el contenido del blog y por su autor, esperaba que en el mejor de los casos me leyeran un puñadito de amigos y conocidos.
Pero, con ser inesperados, no han sido los aspectos cuantitativos lo que más me ha sorprendido, sino los cualitativos. En este tiempo he recibido mensajes entrañables y sugestivos. He tenido visitas de la más variada procedencia. Se han formulado comentarios de lo más dispar. Hay medios y blogs de prestigio o de calidad que se han hecho eco de éste, considerándole interesante, o que nos han enlazado...
La nota discordante, si tengo que creer lo que me dicen, ha suscitado interés, ha generado debate, ha provocado emociones y ha conseguido más de una sonrisa en gentes a las que considero inteligentes y sensibles: ése es el mayor éxito.
Más allá de que haya personas a las que, sorprendentemente, les pueda interesar lo que opino o les pueda entretener o divertir lo que cuento, también a mí personalmente el blog me ha servido con creces para el objetivo que me propuse.
He podido poner negro sobre blanco algunas impresiones personales y así ordenarlas y convencerme a mí mismo. He podido expresarme, por vez primera en mucho tiempo, no desde una etiqueta sino –sin renunciar a mi trayectoria ni ocultar mis compromisos- individualmente, desde mí mismo, como persona socialmente inquieta e implicada en lo que me rodea. He podido volver a escribir pequeños textos con pretensiones literarias. He compartido vivencias, sentimientos, anécdotas... He intentado poner unas pequeñas gotas de pensamiento contracorriente, de sentido del humor y de poesía en la vida cotidiana.
Y, lo que es aún mejor, gracias al blog siento más cerca a la gente que ya estaba en mi vida y también ha entrado gente nueva en ella. Sólo por eso, por conocer a algunas personas concretas, que han sido un increible regalo, ya habría merecido la pena esta pequeña aventura que ahora alcanza su primer año de existencia.
La nota discordante ha sido una ventana abierta por la que ha entrado aire fresco a mi vida, que buena falta le hacía. Me queda mucho camino por recorrer para conseguir tener el tipo de vida que quiero tener, pero el blog para mí ha sido un decisivo empujón personal en muchos aspectos.
Y si hay unas cuantas personas que lo leéis, a las que también os aporta algo, os interesa, os entretiene, os hace pensar u os divierte, pues estupendo.
Así que nos tomamos un trozo de tarta y también brindo con vosotros por este cumpleaños. ¡¡¡Muchas gracias!!!
El sábado, homenaje a Félix Tabasco en El Hoyo de Pinares
El próximo sábado 9 de agosto el pintor Félix Tabasco -al que ya me referí en una entrada del blog con ocasión de su fallecimiento el pasado 24 de febrero- será homenajeado en su localidad natal, El Hoyo de Pinares.
El acto tendrá lugar en el salón de actos del Ayuntamiento a las 20 h. y será presentado por la concejala Isabel Gallego, delegada del área municipal de cultura.
Abriré yo el turno de intervenciones, seguido del poeta José Félix Olalla, el pintor Francisco Recuero y el escritor Miguel Gutiérrez. Clausurará el acto la alcaldesa Pilar Ochando y a continuación se servirá un vino español.
Félix Tabasco, pintor realista que se caracterizaba por convertir en protagonistas de sus óleos a los objetos y motivos cotidianos del mundo rural, había nacido en la localidad abulense de El Hoyo de Pinares el 9 de noviembre de 1942. A lo largo de su trayectoria artística, expuso regularmente en Madrid y en las principales ciudades españolas y fue reconocido con numerosos galardones, entre los que sobresalen dos Primeras Medallas de Pintura del Salón de Otoño de Madrid, el Primer Premio del Concurso Nacional convocado por los Colegios Profesionales de Bellas Artes o el Premio de la Fundación Amigos de Madrid.
Con ocasión de este homenaje institucional y popular, previamente Diario de Ávila insertará también en su edición del 7 de agosto un suplemento extraordinario dedicado al desaparecido artista abulense.
- Ávila Red, 09.08.08
- Ávila Digital, 05.08.08
- Diario de Ávila, 09.08.08
Petón en Las noches blancas
Hace algo más de un mes comentaba en una entrada de este blog la presentación del excelente libro La desesperación del té. 27 veces Pepín Bello, original de José Antonio Martín Otín, Petón.
Pues bien, este autor interviene el 4 de agosto en Las noches blancas, programa cultural que dirige y presenta Fernando Sánchez Dragó en Telemadrid, así que lo recojo como recomendación.
Eso sí: el espacio se emite a horas intempestivas, en la madrugada del lunes al martes a las 00'45 h. y luego suele repetirse un par de veces en Telemadrid SAT, los sábados a las 8'15 h. y a las 17'55 h., y además lo emite La Otra en la madrugada del sábado al domingo a las 2'15 h.
Quienes no viven en el ámbito de emisión de Telemadrid, pueden seguirlo en la televisión digital o sencillamente a través de internet. Seguro que merece la pena verlo o grabarlo.
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Actualización 04.08.08:
Pues no se emitió. El que ha salido es el de China y otros viajes, entrega que estaba prevista - según la web sanchezdrago.com- para el 11 de agosto. Siento las molestias si alguien se quedó a verlo (aunque éste también resulta interesante) pero, además de consultarlo en la web, lo había confirmado por correo electrónico unos días antes con la propia coordinadora del programa, Arancha Salama, y ella me facilitó la misma información. Habrá sido decisión posterior de Telemadrid. Intento confirmar cuál va a ser la fecha de emisión del programa dedicado a Memorialismo, en el que interviene Petón y vuelvo a actualizar el post.