Flores de Bach

Regreso de Argentina, con desgana y arrastrando los pies. Echo de menos todo lo que dejo atrás. No me gusta lo que voy a encontrarme aquí a corto plazo. Como en el viaje anterior, no me caben en la valija -que dirían allá- los discos, los libros, los dulces, la artesanía indígena, los cachivaches de San Telmo, las vivencias, las risas continuadas de estos días y las montañas de afecto con las que me obsequian cada vez que voy.

Abro el buzón y saco el correo acumulado. Entre cartas de bancos y publicidad de empresas, encuentro un voluminoso sobre que el cartero ha metido a presión. A pesar de que venía muy protegido, se ha roto y derramado por completo un pequeño frasco que alguien me envía. Es el Rescue Remedy, “una mezcla de cinco flores de Bach” que recomiendan utilizar “en caso de inquietud y en períodos difíciles” porque “equilibra rápidamente el estado de ánimo”.

Ya lo conocía. Hace un par de años, el azar me hizo dar con una chica inteligente, divertida, inquieta y soñadora. Con ella compartí algunos pequeños momentos inolvidables, sufrí y disfruté. No sé si ella es consciente, pero por primera vez en mucho tiempo volví a sentirme vivo. Un día, conociendo -y padeciendo indirectamente- mi estrés, decidió regalarme un frasquito de este producto. Durante una temporada lo estuve tomando y luego lo dejé.

Ayer, cuando abrí ese sobre, enviado por una amiga a la que quiero mucho, me encontré el mismo Rescue Remedy, que parece que también consideraba adecuado para mí en estos momentos. Venía acompañado por más regalos y por unas palabras que abrazaban. Da igual que llegara roto: me puedo volver a tomar gotas del frasco anterior, que veo que no ha caducado, o comprar uno nuevo. Lo importante es otra cosa.

Me parece que nunca sabré si estas gotas hacen realmente efecto o no. Pero sí que sé a ciencia cierta que en mí tienen cuando menos efecto placebo. Porque siempre me llegan de manos de alguien que me demuestra su preocupación, su interés, su cariño. Y eso de sentirse querido sí que suele ser altamente curativo.

10 comentarios:

Flavia Company dijo...

Así que estás de vuelta de "allá". Yo regreso, vuelvo, voy el 24 de mayo. Cuento los días. Tengo tantas ganas, mejor decir necesidad, impaciencia, deseo. A esas gotas que te provocan efecto placebo, añádeles este abrazo que te mando ahora, un abrazo argentino de esta argentina de cuyo aprecio sabes que no puedes dudar.

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Bonita entrada, Carlos.

Un abrazo

Ave Fenix dijo...

Sentirse kerido suele ser altamente curativo, las flores y Bach también, así k las flores de Bach serán la solución apropiada. Pues yo,
también de vuelta de esas tierras donde la gente es serena, pase lo k pase, sonríe y planta petunias en medio de los terremotos ( lo he visto , también me las he encontrado hoy por casualidad aquí en tu blog y, definitivamente, mañana iré a comprármelas para hacer lo mismo k tú, en la medida k se pueda,
reinstalarme pero abriendo a la vez nuevos espacios pues así es cuando te llenan el alma y te vuelves volando pero como k sin querer.

Melba Reyes A. dijo...


Hola, Carlos, tras mil carreras tras la medicina alópata por la enfermedad crónica de mi hija logramos encontrar en las medicinas alternativas un descanso, un reposo. Y yo he comprobado, no creo que por efecto placebo, la efectividad de las flores de Bach. Como quieras, lo importante para ti es que te ayudan.

Un abraz♥ nica.

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Carlos J. Galán dijo...

No me extraña que estés deseando ir de nuevo, Flavia. Eso tiene un peligro para nosotros y es que te van a terminar conociendo y queriendo allí tanto como aquí... O sea, que pásalo bien pero regresa luego, ¿eh? Mil gracias por ese abrazo que me envías.
Por cierto y como curiosidad, tu nombre salió dos veces en mi estancia en Buenos Aires: una porque yo cité una frase tuya cuando tuve que hablar en la fiesta de la boda de una pareja amiga, y la otra cuando alguien me contó allí que una amiga suya había acabado leyendo asiduamente mi blog al que había llegado desde el tuyo. Besos.
Finalmente ¿habrá edición en castellano de La Isla...? ¿crees que tardará mucho?

Gracias, Concha, me alegro de que te guste.

Nos tienes que contar con detalle esa experiencia chilena, Ave Fénix. Ya me contarás qué tal te van las flores de Bach. Un beso.

Me las recomienda mucha gente por lo que veo, Melba. Gracias por ese abrazo nica.

Flavia Company dijo...

Vaya casualidades, ¿no?
Claro, claro, La isla de la última verdad aparecerá en Editorial Lumen en enero de 2011. Hay que esperar un poquito...
Y lo de quedarme en Argentina... pues claro... podría ser...

D´Artagnan dijo...

Yo tambien quisiera que alguien me mande esas flores de bach...

Carlos J. Galán dijo...

Anda que se quejará usted, D'Artagnan, de la dosis de cariño que recibió hace poco... Eso tiene que subir el ánimo y la autoestima a cualquiera más que las flores de Bach... Bss

Bernardo Rivero dijo...

Creo que esto de las flores de Bach, al igual que la homeopatía, no tiene fundamento científico alguno, es pura PSEUDOCIENCIA. El asunto no sería grave si no fuera porque, me temo, hay un gran negocio detrás. No tiene más efectos que el placebo. En vez de las flores de Bach sería más saludable escuchar la música de J.S. Bach ...
En cualquier caso, debe ser muy saludable tomar unas gotitas pensando en alguien que te quiere. Las emociones tienen, sin duda alguna, enorme importancia e influencia en nuestras vidas, tantas veces caótica y sin sentido.
Eso sí, recomiendo a todos que no regalen flores de Bach ni otras patrañas similares. Puede, como alternativa, que unas simples palabras de afecto y de cariño sean suficientes.

Saludos.

Carlos J. Galán dijo...

Hay cosas que me parecen evidentes camelos a poco que uno se fije -ciertos "curanderos" y cosas así-, pero en este caso yo no tengo conocimientos como para descalificar ni para aprobar la homeopatía, la medicina natural, etc., me limito a leer argumentos en pro y en contra y no tengo una opinión formada. Soy por carácter más bien escéptico pero tampoco estoy cerrado por completo a posibilidades alternativas a la ciencia más ortodoxa. Gracias por tu aportación.