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Homenaje a Félix Tabasco


Como también anticipé en una anterior entrada del blog, el sábado 9 de agosto se celebró un homenaje público al pintor Félix Tabasco Cubero, fallecido el pasado mes de febrero. El acto tuvo lugar en su localidad natal, El Hoyo de Pinares, cuyo Ayuntamiento le había nombrado hijo predilecto.

Por invitación de la organización de este homenaje, intervine en el mismo, junto con el poeta José Félix Olalla, el pintor Francisco Recuero, el escritor Miguel Gutiérrez y la alcaldesa Pilar Ochando, ante la familia y amigos del fallecido artista y un numeroso público que rebasó la capacidad del salón de actos.

La alcaldesa dio la bienvenida a todos los presentes y me presentó a mí, con unas generosas palabras en las que resaltó mi implicación durante años en la vida cultural del municipio, gesto que le agradezco sinceramente a Pilar, porque por desgracia no abundan estos reconocimientos entre personas de distinta adscripción política.

En mi intervención, recordé como, en mis tiempos de estudiante de Derecho en Madrid, recibía cada año una invitación para visitar la exposición de este pintor en la Galería Infantas y era -escribí por entonces en un artículo- "como encontrar un trocito de El Hoyo de Pinares en pleno Madrid. Hallar un oasis de gratificantes tonalidades, donde los grandes edificios, los coches humeantes, el gentío, el metro, las prisas... encuentran una implacable señal de prohibido el paso. Un oasis pictórico donde, por un tiempo, reinan las puertas desvencijadas, los viejos cacharros, los rincones más entrañables, las casas de pueblo, los niños de mirada curiosa, los membrillos o las rosas".

Expresé mi convicción de que en Félix y su relación con el pueblo se dio una aparente paradoja. "Tal vez se encontró a sí mismo -expliqué- precisamente porque huyó del pueblo, del destino al que estaba predestinado en el campo, para desarrollar su auténtica vocación. Su historia artística y personal es la historia de una superación. Pero al mismo tiempo, si acaso es cierto que Tabasco llegó a ser lo que era por haberse marchado del pueblo, a la vez no se entendería la pintura de Tabasco sin la referencia a El Hoyo de Pinares. Porque su personalidad artística tiene mucho que ver con todos los recuerdos que quedaron grabados en su retina, con esa belleza silenciosa de los objetos guardados en nuestros polvorientos desvanes". Evoqué su carácter afable y la humildad que le caracterizaba. Y sellé mi despedida con un hermoso soneto que le escribió Luis Hernández del Pozo:

El ocre y el añil, el amarillo
-cuando la era del robot empieza-
nos enmarcan, Tabasco, la belleza
de una orza, de un cuenco, de un lebrillo.

Granadas desgranadas. Un membrillo
colgado de una guita. Despereza
un perro en duermevela su pereza
y hasta escuchamos el grillar de un grillo.

¡El alma inanimada de las cosas!,
la madera de puertas y ventanas,
el hálito invisible del ayer...

Tú nos pintas las cosas más hermosas,
aquellas que tuvimos más cercanas,
la vieja casa que nos vio nacer.

José Félix Olalla, farmacéutico de profesión y poeta de vocación, había conocido a Félix Tabasco en su día en el recital poético La belleza de las cosas sencillas. Ahora, en este homenaje póstumo quiso reflexionar sobre la relación entre poesía y pintura a la hora de entender la obra de Tabasco y esa predilección por las pequeñas cosas que nos hacen sentir a gusto.

Francisco Recuero, filósofo y pintor, glosó la calidad humana y artística del homenajeado y recordó también su trato amistoso con alguien cuya desaparición consideró "una importante pérdida para quienes le admirábamos como persona y como artista".

Miguel Gutiérrez, escritor y amigo personal del pintor, dio lectura a una sentida carta dirigida a Félix Tabasco, en la que resaltaba su humildad personal: "Aunque tu obra es la que te ha dado fama, la que ha hecho que tu nombre saltara a los medios de comunicación y la que ha entrado en las casas de muchos aficionados a la pintura, sin una personalidad tan humana, sencilla y modesta no estaríamos aquí celebrando con este calor y con esta emoción tu figura de pintor". Recordó su trayectoria artística, ofreciendo alguna información sobre sus últimas experimentaciones en dibujo y acuarela, truncadas por su prematura muerte.


Pilar Ochando también evocó esa calidez que transmitía la persona de Tabasco e hizo hincapié en su vinculación con la localidad, donde había solicitado celebrar una exposición para ese mismo verano, que no pudo ya llevar a cabo.

Al término de las emotivas intervenciones, se proyectó este audiovisual, elaborado por mí con una selección de imágenes de la vida y la obra de este artista.


Más informacion sobre este acto en:
(Fotografías: Manuel Tabasco)

El sábado, homenaje a Félix Tabasco en El Hoyo de Pinares

El próximo sábado 9 de agosto el pintor Félix Tabasco -al que ya me referí en una entrada del blog con ocasión de su fallecimiento el pasado 24 de febrero- será homenajeado en su localidad natal, El Hoyo de Pinares.

El acto tendrá lugar en el salón de actos del Ayuntamiento a las 20 h. y será presentado por la concejala Isabel Gallego, delegada del área municipal de cultura.

Abriré yo el turno de intervenciones, seguido del poeta José Félix Olalla, el pintor Francisco Recuero y el escritor Miguel Gutiérrez. Clausurará el acto la alcaldesa Pilar Ochando y a continuación se servirá un vino español.

Félix Tabasco, pintor realista que se caracterizaba por convertir en protagonistas de sus óleos a los objetos y motivos cotidianos del mundo rural, había nacido en la localidad abulense de El Hoyo de Pinares el 9 de noviembre de 1942. A lo largo de su trayectoria artística, expuso regularmente en Madrid y en las principales ciudades españolas y fue reconocido con numerosos galardones, entre los que sobresalen dos Primeras Medallas de Pintura del Salón de Otoño de Madrid, el Primer Premio del Concurso Nacional convocado por los Colegios Profesionales de Bellas Artes o el Premio de la Fundación Amigos de Madrid.

Con ocasión de este homenaje institucional y popular, previamente Diario de Ávila insertará también en su edición del 7 de agosto un suplemento extraordinario dedicado al desaparecido artista abulense.


Más información sobre el acto en:
(Ilustraciones: Cartel anunciador del homenaje; óleo de Tabasco, Fachada Castellana III; y fotografía de los Reyes felicitando al pintor con ocasión de su Primera Medalla de Pintura en el Salón de Otoño).

Adiós a Félix Tabasco

Reproducido en la revista Avila Digital, abril 2008.

"¡El alma inanimada de las cosas!
la madera de puertas y ventanas,
el hálito invisible del ayer...
Tú nos pintas las cosas más hermosas, 
aquellas que tuvimos más cercanas,
 la vieja casa que nos vio nacer."

(Luis Hernández del Pozo, La Pintura de Félix Tabasco)

Cuando llegué a estudiar a Madrid, me gustaba recibir cada año la invitación para acudir a la exposición de pintura de Félix Tabasco. Siempre sentía que era como encontrar de pronto un trocito de mi pueblo en una galería de arte de esta ciudad.

Tabasco había nacido en 1942 en El Hoyo de Pinares (Ávila) y su trayectoria personal era la historia de una superación. En circunstancias normales, hubiera terminado trabajando en el campo como su padre, pero Félix huyó de ese destino, se marchó del pueblo y comenzó a buscarse la vida trabajando en Madrid, en Bilbao, en Alicante… Simultáneamente, fue alimentando de forma autodidacta lo que iba sintiendo como su vocación: la pintura.

Félix traía ya en su retina el recuerdo de las palomas en las ventanas, del tiempo dormido entre aperos polvorientos y viejos portones. Y progresivamente fue incorporando a su bagaje la técnica que precisaba para llegar a ser lo que realmente ansiaba, pintor.

Tras unos comienzos difíciles en el arte, con sus primeras ventas y sus primeras exposiciones, Tabasco va evolucionando y, finalmente, encontrará en el realismo su forma expresiva. Ahí comienza su etapa de madurez artística, en la que, a finales de los ochenta y durante la década de los noventa, cosechó sus mayores éxitos, entre ellos la Primera Medalla de Pintura del Salón de Otoño de Madrid (en 1991 y en 1998).

Además de exponer con frecuencia en salas de arte de Madrid y de otros puntos de España, en varios veranos ofreció muestras antológicas en su localidad natal, que en 1996 le rindió homenaje dando su nombre a una calle.

Allí, en el cementerio de El Hoyo de Pinares, fue enterrado hace unas semanas. Me avisaron telefónicamente y me marché enseguida a nuestro pueblo para acompañar a su familia y amigos en la despedida a Félix.

Nos deja una obra artística de la que podemos seguir disfrutando. Pero nos deja también el grato recuerdo de su humanidad, de su afabilidad de trato, de su sensibilidad.

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Más información:
Bibliografía:
  • Félix Tabasco. J. Llop (Gal Art. Barcelona, 1994).
  • Félix Tabasco, Apuntes para una biografía incompleta. Miguel Gutiérrez García (Edición del autor. Madrid, 2003).
(Fotografía del pintor extraida del libro de J. Llop. Reproducciones de sus óleos: Bodegón con ramas de ciruelas, Fachada castellana, Tiempo de recuerdos II y Ventana con jaula y palomas).