Concierto de Pablo Milanés


Una tarde de un viernes, hace algunos años, Clara le dijo a Mario algo parecido a esto:

- Estoy harta de trabajar. Además me tienes puesto toda la tarde a Pablo Milanés y me está dando el bajón... Podíamos irnos al pueblo y así nos despejamos. Pasamos a ver a Carlos por su oficina y quedamos con él para cenar.

Dejaron de trabajar, cogieron el coche y se fueron de Brunete a El Hoyo de Pinares.

Cuando llegaron a mi despacho, yo tenía puesta música mientras trabajaba. ¿Qué piensan que estaba escuchando?... Sí, a Pablo Milanés.

- Es que no me lo puedo creer –le decía Clara a Mario-, mira lo que tiene puesto. No se puede huir de él. Si es que sois iguales, macho...

Ayer sábado, aprovechando que terminé el plazo fiscal y que ya queda muy poco de esta agotadora recta final de trabajo de julio, tenía previsto ir a celebrarlo con unas cañas con Carlitos C. Pero por la tarde salta la sorpresa:

- Todavía quedan algunas entradas para el concierto de Pablo Milanés de esta noche. ¿Te apetece?
- Ni lo dudes.

En ese ratillo que tardó en preguntarme, se reservaron las localidades que quedaban y cuando volvió a mirar sólo había ya una para estar sentados.

- ¿Pillo dos entradas de pie?- Como quieras. A mí no me importa.

Y las reservó. Estuvimos todo el tiempo con retranca, porque en estos conciertos de tranqui no parece que pegue mucho que haya una serie de gente de pie al lado del escenario.

- Vamos a ponernos por aquí a resguardo, por si los fans más radicales deciden saltar, jajajajaja.
Una parte amplia del público –entre la cual, por supuesto, nos encontrábamos- demostró su inteligencia y se sentó en el suelo. No había apreturas y perfectamente podíamos haber seguido el concierto así si todo el mundo hubiera hecho lo mismo. Pero había una minoría –las chicas con vestidos blancos, sobre todo- que no estaban muy por la labor, así que no tuvimos más remedio que levantarnos todos, porque en cuanto hubiera gente de pie delante ya no era posible verlo.

En la parte final del concierto todo el público de las localidades se puso también en pie para ovacionar al intérprete.

- Pero hombre, ¿para qué pagais entrada de sentados si luego termináis todos así?

Entre los variopintos habitantes de nuestra zona junto al escenario teníamos a un doble de Pablo Milanés algo más joven, del que rápidamente dijimos que era el hermano pequeño del cantante. Entre las risas del respetable, le bautizamos como Juanjo Milanés. El tipo vibraba con el concierto de su hermano y ya nos encargábamos nosotros de hacer los oportunos comentarios sarcásticos.

Teníamos también por allí el típico pesado que sólo conoce una canción –casualmente siempre es la última que va a cantar el artista- y se pasa todo el concierto pidiéndola a voces.
A Carlitos se le colocó a su derecha la chica que había ido sólo por acompañar a la amiga y que se estaba quedando dormida de pie, mientras yo tuve mejor suerte y a mi izquierda tenía a una chica muy guapa entregada por completo a la música de Pablo.

Nunca hubiera pensado que se pudiera bailar en un concierto de Pablo Milanés, pero la verdad es que cuando introducía ritmos cubanos y percusión -por ejemplo, en De qué callada manera- la gente –sobre todo las chicas cubanas- se movían y nosotros… acompañábamos el ritmo levemente con los pies.

Al final, fue un acierto verlo desde ahí, porque estábamos a escasos metros del intérprete, teníamos muy buena visibilidad, la acústica estaba fenomenal (si estás muy cerca a veces el sonido puede ser abrumador y no era el caso) y, con hora y media aproximada, el concierto no tuvo una duración que resultase cansada. Lo acompañamos, además, con unas cervecitas para hacerlo más llevadero y teníamos más movilidad para acercarnos al bar que en una localidad donde para salir molestas a todos los de al lado, tienes que bajar escaleras, etc.

Dentro de Los Veranos de la Villa el Ayuntamiento de Madrid ha programado en los patios de Conde Duque este año una magnífica selección musical: Diana Krall, Gloria Gaynor, Los niños cantores de Viena, María Dolores Pradera y los Sabandeños, Chick Corea, Kepa Junquera, Mariza, Loreena McKennitt, Franco Batiatto, Jarabe de Palo, Toquinho y María Creuza, esas dos artistazas que son Estrella Morente y Dulce Pontes, George Moustaki, los grandes del Gospel, Rubén Blades, Jaime Urrutia y Burning…, entre otros.

El concierto de Pablo Milanés, fantástico. Muy buen acompañamiento musical, con percusión a la cubana, saxo, bajo, batería, teclados, violín… Las letras, como siempre, excelentes. Y la personalísima voz de Pablo sigue muy en forma.

Presentó las canciones de su último disco, Regalo y recordó muchas de los inmediatamente anteriores.

Pablo ha adoptado públicamente ahora una posición más crítica con el régimen cubano. Desde dentro, ciertamente, pero apostando por la evolución. Fue significativo que dejó en el tintero todos sus temas más políticos de años anteriores (Amo esta isla, No vivo en una sociedad perfecta, Tengo, Yo me quedo y otras que respondían a ese mismo discurso) y cobraron protagonismo nuevas canciones donde asoma la duda o el cuestionamiento de algunos aspectos del modelo, como Diario de Mauricio (“dedicado a este compañero, que era de los pocos que no siempre levantaba el dedo en las asamblea del Partido Comunista Cubano y que eligió vivir con dignidad”), La libertad y, sobre todo, por ser más explícita, Dos preguntas de un día (dos preguntas que confluían en una sola: ¿Valió la pena?).

Aunque intercaló alguno antes, reservó la parte final del concierto para sus éxitos más recordados. Cantó, entre otros, Mírame bien, Años, Si ella me faltara alguna vez, El breve espacio en que no estás, De qué callada manera, Yolanda, Para vivir y Yo no te pido, con la que cerró la actuación con un público entregado.

Una delicia de concierto.
Por si a alguien le apetece recordarlas y disfrutarlas, dejo aquí cuatro de las canciones que he citado. Una magnífica musicalización de los versos de Jorge Guillén, De qué callada manera ("Quién le dijo que yo era / risa siempre, nunca llanto / como si fuera la primavera. / No soy tanto"):
Yolanda, o como la sencillez puede a veces resultar perfecta ("Si me faltaras no voy a morirme. / Si he de morir, quiero que sea contigo"). Hay varios videos en internet con la canción completa, cantada por Pablo y a veces a duo con otros intérpretes, los hay también a cargo de otros cantantes, e incluso en otros idiomas. Este video lamentablemente está incompleto, falta una estrofa del principio, pero lo cuelgo porque me parece una preciosa versión por los arreglos musicales y por la voz femenina (que no sé quién es, por cierto):

Para vivir, que es una maravilla ya desde la introducción al piano. Hace años Aute aseguraba que, en su opinión, es una de las tres mejores canciones de amor de la historia, junto con Yesterday de The Beatles y Ne me quitte pas de Jacques Brel:

Y ese hermoso canto al amor del momento sin tener en cuenta el qué dirán, los formalismos o la incertidumbre del futuro, Yo no te pido ("Sigue llenando este minuto de razones para respirar..."). Esta grabación es antigua, nada menos que del programa Aplauso de TVE:

11 comentarios:

TortugaBoba dijo...

Reconozco que Pablo Milanés canta bien, que las letras son buenas, y sin embargo, pocos cantautores me llaman la atención.
Lo de sentarse en el suelo a ver un concierto es uno de los mayores placeres que existen. Sobre todo si se hace a una distancia prudencial de todo el mogollón y haces lo que tú dices, beberte lo que te apetece -sin que nadie te lo tire encima-, escuchar relajado, y estar cerca de la barra. Entiendo a Clara, no podría estar con Pablo Milanés todo el día puesto ;-)

Anónimo dijo...

Como siempre Carlos, una crónica perfecta del concierto...el "hermano de Milanes" un crack, lo dio todo, que era bastante; la chica que tenias a tu lado, efectivamente era muy guapa y dominaba las letras, la de mi lado yo creo que estaba en trance por la música y letras aunque se podía pensar que estaba dormida...y por supuesto las cervezas imprescindibles para cualquier tipo de concierto (en esto estara de acuerdo Finisterre, gran conocedor de los beneficios de este "oro "líquido)...
para mí fue una gozada de concierto, los musicos impresionantes, sonarón perfectos (gracias técnicos de sonido, muy bueno su trabajo), Pablo Milanes con esa voz tan especial, que comunica, que llega al corazón y de que manera, con esas letras donde creo, nos vemos reflejados todos, vivencias que nos han pasado, amor, desamor,desengaños,dolor, felicidad, nostalgia de lo que pudo ser y al final se quedo en nada... en fin, que como la música en vivo no hay nada, así que esperando un próximo concierto donde todos/as participantes y lectores del posiblemente mejor Blog estaís invitados...abrazos, besos , El tercer carlos...

Anónimo dijo...

Tortugaboba, está claro que en los gustos musicales como en todo, tiene que haber variedad. A quien no le gusten los cantautores, está claro que si se los ponen muy seguido le sonarán a tostón. Hay una divertida canción de Aute, que se llama "Autotango del cantautor" donde caricaturiza con buen humor esto e ironiza riéndose de sí mismo. La letra dice:

"Qué me dices,
cantautor de las narices,
qué me cantas con ese aire funeral.

Si estás triste,
que te cuenten algún chiste,
si estás sólo,
púdrete en tu soledad.

Vete al cine,
cómprate unos calcetines,
date al ligue,
pero deja de llorar,
o es que acaso,
yo te canto mis fracasos,
sólo vengo a echarme un trago
y aún te tengo que aguantar.

Qué tortura,
soportar tu voz de cura,
moralista
y un pelito paternal.

Muy aguda,
hay que ver la mala uva
de esa letra que te acabas de marcar.

Qué oportuna,
inmunizas cual vacuna,
y aún no sabes
un par de cositas más;
que me duermo,
que me aburres con tus versos,
que me pones muy enfermo,
por favor no sigas más."

Carlitos, un estupendo concierto, sí señor, tuviste muy buena idea, disfruté un montón.
"Tu" chica no la veía yo concentrada, llegué a dudar si es que estaba tan entregada que cerraba los ojos, pero observándola ya llegué yo a la conclusión de que la pobre estaba fatal de lo suyo.
"Mi" chica, sin embargo, era una fan tremenda (a pesar de ser muy jovencilla), se sabía todo, canturreaba, bailaba, lo vivía.
Y "Juanjo" Milanés qué personaje el tío. No sé si su "hermano" canta en casa, pero se ve que con público lo disfruta más...
Invitados en cuanto a la compañía, la entrada que se la paguen ellos.
"El mejor blog"... y te quedas corto... Anda que no somos exageraos los amigos...
Un abrazo.

TortugaBoba dijo...

jajajjaja, buenísima la letra de Aute. ¡La busco ahora mismísimo en utub!!

Carlos J. Galán dijo...

En Youtube no creo que la encuentres, es antigua. Hay una versión de los años setenta en el disco "Rito" y otra versión en su reciente recopilación "Auterretratos".
En http://www.legalsounds.com/search?pattern=Autotango%20del%20cantautor&&searchType=Songs&a_aid=46&a_bid=21 puedes escuchar un fragmento.

PEGASA dijo...

Ya veo que hemos estado ambos de conciertos. Los cantautores son artistas, crean tanto música como letra, son en ocasiones grandes poetas, como ejemplo te pongo a Sabina (paisano mío). Por este lado del país se ha podido disfrutar también del escuchar en directo a Lorena Mckennit en Granada. Desde luego la música es lo que hace reblandecerse el alma y olvidar momentaneamente los problemas y encima no deja resaca ajaja.

Carlos J. Galán dijo...

Hola, Pegasa.

Yo casi no soy capaz de concebir la vida sin leer, sin escribir y sin la música. Alguna vez he pensado que podría aguantar cualquier situación -por ejemplo estar en la cárcel, en una isla desierta, etc.- si pudiera escribir, leer y escuchar música. Pero si me privaran de todo esto sería como matarme. Me refugio en la música en momentos malos, La disfruto para celebrar momentos muy buenos, en momentos normales me hace compañía... Es como si nuestra vida tuviera una banda sonora. Y un concierto en vivo, como dice Carlitos C. en un comentario anterior, tiene otra dimensión.

En Madrid las entradas para Lorena McKennit están agotadísimas desde meses antes. Qué privilegiados en Granada. Yo no sé por qué aquí no hacen algunos de estos conciertos en el Madrid Arena, en el nuevo Palacio de los Deportes o donde sea, porque en algunos casos el Conde Duque se queda pequeño. Por ejemplo el de Dulce Pontes y Estrella Morente era un lujazo y por lo que sé se agotaron muy pronto las localidades.

Elba Torres dijo...

Me gusta tu entrada sobre ese concierto y gracias por estar allí, te invito a que leas como ví yo el Concierto de Pablo en Rosalía de Castro de A Coruña el 24 de julio, en http://lamaldiciondepedro.blogspot.com , un saludo.

Carlos J. Galán dijo...

Uffffff, Irene, un honor y un placer tenerte por este blog.

Está claro que en la red uno nunca sabe quién va a leer sus textos...
Ahora escribiría algo más cuidado, explicando lo que ha significado la palabra, la poesía y la música de Pablo para mí. Este post era una crónica muy de andar por casa, entre amigos, de impresiones apresuradas del día después. (No te chives a Liam Milanés de que Carlitos y yo hicimos bromas descubriéndola un "tío" postizo entre el público, jajajaja).

Esperaré ansioso el próximo trabajo de Pablo. Sé que será bueno, como todos, pero en esta ocasión más si sale una canción escrita por ti.

Gracias, Irene, bienvenida, te leeremos.

PEGASA dijo...

Pues Carlos soprendentemente quedaron entradas en el concierto de Granada, hace un par de años se celebró el mismo concierto dentro del palacio Carlos V en la Alhambra.

Anónimo dijo...

Va a ser cuestión, Pegasa, de darnos un salto a Granada cuando no encontremos entradas por Madrid. Y, además, visitar una ciudad mágica como ésa siempre está muy bien.