De risas...

Afortunadamente luego cambió mi suerte, pero a priori aquella semana se presentaba un tanto oscura y necesitaba evadirme para no pensar demasiado. Así que me prescribí a mí mismo salir todos los días y acudir al menos a un par de espectáculos de humor. El 19 de octubre fui con Marisol, Gonzalo, Noelia y Ricardo, a ver a Luis Piedrahita en la Sala Galileo. Y luego, el jueves 22, con Txati, Isa, Tere y Fernando, a ver a Les Luthiers en el Palacio Municipal de Congresos.

El polifacético e ingenioso Luis Piedrahita es humorista, mago, guionista, director de cine, escritor… Saltó a la fama tras ganar el I Concurso de Monólogos de El Club de la Comedia y desde entonces no ha parado. Es uno de los colaboradores habituales de Pablo Motos, primero en el espacio radiofónico No somos nadie y luego en el programa de televisión El Hormiguero. En el terreno del humor, se ha especializado en divertidos monólogos sobre las pequeñas cosas (tales como los bombones, los juegos de mesa, las bolas de navidad, las pilas...). Como suele ocurrir, además en vivo y en directo gana, así que nos reímos casi sin parar durante hora y media. Aquí les dejo una de sus disertaciones, sobre los juguetes de playa. No se pierdan el glorioso final, las frases más típicas de una madre: les sonarán familiares, seguro. 

 
Desde el otro lado del Atlántico llegaron a España de nuevo, con el mismo éxito de público que siempre les acompaña, Les Luthiers, unos monstruos de la escena que llevan más de cuarenta años haciendo reír a varias generaciones, con casi dos centenares de canciones, más de treinta espectáculos y una decena de discos.

En la función que han estado representando hasta hace poco en Madrid, Los Premios Mastropiero, estos argentinos geniales vuelven a desplegar sobre el escenario las armas habituales con las que componen su humor inteligente: la capacidad interpretativa, el ingenio en las canciones y los textos, los recursos gestuales, los juegos de palabras... A mí me parece que la excusa utilizada en esta ocasión como conductora del espectáculo –una entrega de premios similar a los Óscar de Hollywood- da menos juego, pero aun así el resultado es divertido y siempre merece la pena verles. Y, por cierto, el bis final, muy en la línea de espectáculos anteriores, fantástico.

Uno de los momentos más delirantes de la función es esta interpretación que Daniel Ravinovich hace del bolero Ya no te amo, Raúl (…¿o debería decir Raúla?). 

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Una sugerencia cordial, Carlos:

http://www.falange-autentica.org/libertad/index.html

Txus

Carlos J. Galán dijo...

Yo estoy a favor de que cada cual se exprese libremente, pero comprenderás que no pega mucho esta sugerencia en un post sobre espectáculos de humor, Txus. Vamos, digo yo.
Y me imagino que seréis conscientes de que cualquier manifiesto que esté redactado en términos como "los falangistas queremos..." ya por definición es cerrado, tiene pocas personas que puedan firmarlo. Yo personalmente lo que tenía que escribir sobre José Antonio ya lo he escrito en muchas ocasiones y lo he proclamado osadamente en foros muy distintos, también aquí en un par de ellas. He dado la cara mil veces en la defensa de una figura contracorriente, desconocida y sugestiva, aunque creo que no la daría por la mayor parte de los que se dicen sus seguidores.

PEGASA dijo...

Carlitossss!!! que divertido y eso es lo que tienes que hacerrr, cuando los nubarrones se quieran adosar en tu cabeza. ¿Vale?. Y no quiero que estés triste, que tú eres el más animado abogado y bloguero aventurero del globo terraqueo. jajaja
Ayyyy!!!! mira que si quieres practico el curso que voy a impartir de El humor como herramienta de defensa personal.
Vamos que me voy a socorrista de la sonrisa. jajaja. Un beso muy gordooo.

Carlos J. Galán dijo...

Estoy bien ahora, Pegasa. Era esa semana concreta, pero ya ves que enseguida me receté buenas medicinas...

maría dijo...

Carlos si estos espectáculos te han servido para sentirte mejor, me alegro que estés menos triste.
Estos días que son irremediables y que haberlos haylos, a veces ni el humor..., pero menos mal que pasan.
Besazo fuerte

Carlos J. Galán dijo...

El humor es una terapia fantástica, María. Y es que -como dice el final de "Soy Julia", un magnífico libro de Antonio Martínez- si no se ríe uno que a lo tonto se pasa la vida.

Unknown dijo...

Hola Carlos, arriba ese ánimo, que la vida pese a todo da muchas satisfacciones, los humoristas fabulosos, que pena que no los veamos más por la tele, y como muy bien dice Maria, estos días son inevitables, pero pasan. Saludos.

maría dijo...

Conozco el libro, Carlos, lo he leido, y vamos a quedarnos con su final, a mí también me pareció fantástico.
Besitos

Anónimo dijo...

Carlos cuando tienes razón, tienes razón. Te ruego aceptes mis disculpas y borres mi comentario. Estaba fuera de lugar. Y yo errado (también con 'H')
Txus

Carlos J. Galán dijo...

Muchas gracias, Javier. El bajón era hace casi un mes, ahora mismo estoy estupendo. En todo caso, el fondo del artículo era compartir una recomendación de dos espectáculos que me parecen buenos, cada uno en su estilo y sin que sean comparables.

No es muy famoso el libro, María, pero a mí me pareció una delicia.

No hay nada que disculpar, Txus, estás en tu casa.