Grandes inventos de la Humanidad: el llamador inalámbrico de camareros

Ya sé que el título grandilocuente evoca (sólo para las generaciones que conocieron el legendario TBO) a los inventos del profesor Franz de Copenhague, pero éste resulta que existe de verdad. A mí me soprende que a nadie se le hubiera ocurrido antes algo tan simple y tan útil, y que seguramente acabará generalizándose. Últimamente ya lo he encontrado en dos restaurantes a los que he ido, pertenecientes a conocidas cadenas.

Se trata del Pulsa y Voy, un artilugio para avisar al camarero, idea similar a los sistemas que ya se utilizaban por ejemplo en los aviones o en los hospitales, pero inalámbrico, para que pueda situarse sobre las mesas sin complicadas instalaciones.

El pulsador inalámbrico ocupa menos que un cenicero y tiene tres botones: uno genérico pensado para que acuda el camarero (se supone que para pedirle algo), otro para reclamar específicamente que te traigan la cuenta y el tercero es el que utilizan para anular la llamada una vez atendida.

Pulsa y Voy es la marca comercial (creo que de la empresa Vellux) que yo he encontrado instalada las dos veces en que he tenido ocasión de usarlo (y la que creo que ha desarrollado mejor estrategia de marketing utilizando los propios medios informativos) pero se comercializan otros productos similares, como los de Tes, Mmcall, Feberca, etc.

Yo siempre bromeaba diciendo que en las Escuelas de Hostelería enseñaban la asignatura de moverse entre las mesas esquivando miradas. Para los que tenemos tan poca voz y tanta timidez que parecemos invisibles este aparatito es un gran invento.

Tal vez perderemos la costumbre de dar voces diciendo “camarero”, el más educado “por favor” o el más castizo “jefe”… Y perderemos ese gesto universal de escribir en el aire para que nos traigan la cuenta... Pero yo creo que no voy a echar de menos tan arraigadas tradiciones hispanas.

Con el pulsador, mi experiencia es que todo fue muy rápido y sin tener que estar a la caza y captura del dependiente del establecimiento a ver si se dignaba mirarnos.

También creo que es un instrumento muy práctico para los propios empleados de hostelería, que así no tienen que estar constantemente pendientes de las mesas, porque si se les necesita ya les avisa su receptor. En realidad, bien utilizado, mejora la productividad en el negocio.

Bueno, pues ya les he hecho publicidad gratuita, pero me parece que se lo merecen. Yo ya me he hecho un entusiasta del Pulsa y voy y espero encontrármelo cada vez con más frecuencia.

7 comentarios:

Fernando Solera dijo...

Como te dije ayer, las ciencias adelantan que es una barbaridad. A partir de ahora el problema será que en el restaurante haya clientes para pulsar los botones. Lo digo por la crisis, claro.

Finisterre dijo...

Pues, en este caso, amigo Carlos, no voy a estar contigo; estoy en contra de ese aparatejo.

Una de las mejores secuencias de un restaurante es cuando tienes que dar una voz -y la das bien fuerte- "Por favor" y, según te mira después del bocinazo, le haces el gestito de la cuenta con el mayor sigilo posible. Es surrealista pero muy gracioso.

El aparato, desde el punto de vista de consumidor de hostelería, lo vería como una forma más de traspasar responsablidades al cliente; el camarero -y más el encargado y mucho más el dueño- es el que debe estar atento al servicio. Y si lo miro desde el punto de vista del camarero, que lo fui durante un tiempo, lo vería un arma en manos de los clientes que podrían volverme absolutamente loco con pitiditos y llamadas. Eso sin contar con que puede ser un perfecto entretenimiento para los niños, cuando los padres no quieran soportarlos y se hayan olvidado en casa la consola...

Y eso sin contar que, como ya estará el aparato y no hará falta estar tan pendiente, pues algunos empresarios decidirán prescindir de personal...

La tecnoloía, mejor para otras utilidades.

Una abrazo

Carlos J. Galán dijo...

Esperemos que se vaya recuperando, Fernando, porque la destrucción del tejido de pymes está siendo tremenda.

Tú es que eres un clásico de la voz al camarero y la cervecita bien tirá, Finisterre :-). Yo estoy en contra de traspasar responsabilidades al cliente -por ejemplo, eso de que te recojas tu propia bandeja-, pero en este caso me parece que es una comodidad para el cliente. La que me habían traspasado era la responsabilidad de estar yo pendiente a ver si el camarero sale, si pasa, si mira..., de hacerle una seña o darle una voz, etc., para pedir algo que falta o incluso para pagar. Para mí es menos molestia pulsar un botón y seguir a lo mío.
Y lo del camarero no sé, no he tenido la experiencia, pero si en determinada situación le vuelven loco con avisos ordenados, que conforme atiende van desapareciendo, peor sería llamándole todos a la vez con gestos o voces y teniendo que memorizarlo.
En cualquier caso en este post sí que te lo había puesto a huevo para que aparecieran unas cañas en el comentario, sin forzar...

Finisterre dijo...

Hoy mismo, antes del partido. Y no busques el aparatejo en los bares de Pontones, jejeje.

Anónimo dijo...

Gran invento!!! el otro dia fui a un restaurante que tenian uno que se llamaba supercall, funcionaba estupendamente ya que organiza el restaurante por zonas y asigna mesas a los camareros , a los que solo les llega la orden al pulsar la llamada de su mesa asignada. Por si a alguien le interesa me he informado y tienen pagina web, supercall.es

Anónimo dijo...

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