El piropo español, a salvo de la crisis del ladrillo

Uno de los temidos efectos colaterales de la actual crisis económica es que se hubiera podido extinguir el tradicional piropo de albañil. No deberíamos olvidar tampoco la desorientación de los jubilados, sin obras que mirar y vigilar en todo el día. Pero centrémonos hoy en el desolador panorama que se podía haber producido: mujeres pasando delante de obras inactivas, desde las que nadie les dice que eso es carne y no lo que le echa su madre al cocido y todas esas frases tan sutiles e ingeniosas. 

Sin embargo, yo ayer me quedé mucho más tranquilo en este aspecto. Otros gremios han asumido su parte de responsabilidad para que no se pierdan nuestras esencias patrias. 

Sale A. ayer del metro con un precioso vestido de color…(bueno, da igual, de un color así como morado, no voy a acertar de ninguna forma con el nombre porque ella dice que no distingo entre violeta, malva, lila, fucsia, etc., y tiene razón) y al pasar frente a una parada de taxis se escucha un sonoro:

- ¡Ole, ole y ole! 

Mientras un compañero la eleva en la clasificación:

- Esto se merece cinco oles por lo menos. 

Ahí lo tenemos: otro gremio, con no menos solera, el del taxi, saliendo al rescate, cual Banco Central Europeo, de una de nuestras más arraigadas escenas costumbristas. 

Pero lo más sorprendente es un empleado del Banco Santander, que le dice a la misma A., que ha venido morenita de la playa: 

- Me entran ganas de darle un bocao a ese brazo gitano… 

Piropo bancario, un poco flojito (un albañil le hubiera dicho que le comía otra cosa), pero piropo al fin y al cabo. Y un ejemplo de compromiso por parte del empleado de banca, que sabe que su sector tiene mucha responsabilidad en esta crisis. Tiene su mérito, porque una ventanilla no es lo mismo que un andamio: la cercanía a la piropeada, el contexto, la falta de costumbre… Hay que valorar el esfuerzo. 

En fin, sensación de alivio, como comprenderán ustedes. La crisis, que tantas cosas se ha llevado por delante, no va a privarnos del piropo de toda la vida. Otros sectores se reciclan y toman el relevo. Ya podrían haberlo hecho así nuestros políticos con el empleo. 

Por cierto, A., que no te falte mi cuota y que el sector de la abogacía arrime también el hombro. Hala, a vencer la timidez, Carlos, y a soltar burradas. Una pequeña selección de finos piropos de albañil que te dedico, que sé que te gustan:

- El cipote de tu padre es mejor que el cincel de Miguel Ángel, pa haber hecho semejante escultura.

- Estás tan buena que te comería con ropa y todo aunque me pasara un mes cagando trapos.

- Chavalota, haría contigo más cosas que McGyver en Bricomania. 

- Si tú fueras Bollycao me comeria hasta el cromo. 

- Tienes unos ojos...que te comería to’l coño. 

Al más puro estilo, como se ve ;-)

3 comentarios:

Melba Reyes A. dijo...


Una institución incólume :)

Los piropeadores de aquí no suelen ser tan finos :(

Saludos

Carlos J. Galán dijo...

Bueno, aquí también hay de todo, Melba, los hay ingeniosos y agradables y los hay muy zafios... Un abrazo.

Hernan dijo...

Lo oí a un honorable albañil :

Parece que se han dejado abierta la puerta del cielo porque este pedazo de ángel se ha escapáo...