Javier Rupérez vuelve al lugar de su secuestro por ETA, 43 años después


En la transición, yo era un niño curioso que abría bien los ojos, porque su padre le había anunciado que iba ser testigo de cambios históricos. 

Un día, en horario infantil, la televisión única interrumpió su emisión con un "Avance Informativo" para mostrarnos un cadáver en el maletero de un vehículo. El grupo terrorista Brigadas Rojas había asesinado al político democristiano italiano Aldo Moro. 

Cuando, al año siguiente, se supo que ETA (p-m) había secuestrado en España al diputado de UCD Javier Rupérez, era inevitable que aquel recuerdo nos llenara de preocupación durante el mes largo que duró el cautiverio, y que la sociedad española respirase aliviada el 12 de diciembre de 1979, cuando los terroristas lo pusieron en libertad en la provincia de Burgos, en el kilómetro 233 de la carretera Madrid-Irún. 

En marzo de 1980, yo estaba en casa leyendo, cuando mi padre vino a buscarme: “Carlos, mira qué noticia te traigo: ¡Rupérez estuvo secuestrado aquí, en el pueblo!”

La noticia de la desarticulación de una parte del comando terrorista y el hallazgo de la casa franca, un chalet en la colonia veraniega, donde se ocultaba un arsenal de explosivos y armas, tuvo gran impacto en la población de El Hoyo de Pinares (Ávila), que registró aquellos días amplia presencia de la policía y de medios informativos. 

Semanas más tarde, por varias fuentes, corrió el rumor de que el sábado 29 de marzo de 1980 Rupérez iba a acudir con la policía a un reconocimiento de la casa donde estuvo secuestrado. Allí nos plantamos unos cuantos chavales del pueblo a esperar si venía... El diputado finalmente no acudió y el redactor gráfico de El Diario de Ávila, Javier Lumbreras, nos fotografió asomados a la verja del chalet. 

Pasaron los años y, cuando se iba a cumplir el 35º aniversario del secuestro, escribí un artículo sobre el mismo. En el Programa de las Fiestas patronales de mi pueblo que edita anualmente el Ayuntamiento suelo publicar algún trabajo sobre episodios de historia local y en 2014 recordé aquel suceso que conmocionó al pueblo. 

En 2022, Javier Rupérez estaba conversando con una persona que veranea en un municipio cercano y le comentó su deseo de regresar en algún momento a visitar el lugar de su secuestro. Buscando información, descubrieron mi artículo y decidieron contactar conmigo. 

Así fue como, 43 años después, aquel niño que se asomaba con curiosidad a la casa el día que no vino Rupérez, pudo enseñar al ex diputado el lugar donde estuvo privado de libertad. 


Previamente, Rupérez visitó el Museo Adolfo Suárez y la Transición en la vecina localidad de Cebreros, el pueblo natal del presidente. Luego entró en la vivienda acompañado por las actuales propietarias. Y, finalmente, en el salón de actos del Ayuntamiento, los vecinos que abarrotaban el mismo tributaron una calurosa muestra de cariño y de reconocimiento a esta víctima de ETA, que narró su experiencia en diálogo conmigo, tras la presentación del alcalde de la localidad, David Beltrán. 


Fue una jornada inolvidable. El regreso de Rupérez, esta vez libre y voluntariamente, y el emotivo homenaje popular de mi pueblo, me parecieron una hermoso símbolo: el triunfo de la libertad y de las buenas personas sobre el terror. 


Aquí dejo algunas de las crónicas informativas, entre ellas un magnífico relato de Cruz Morcillo en el diario ABC, además del video del acto y de algunas entrevistas:





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(Fotografías: Carlos López).

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