Ángel González

Poseía esa envidiable magia de poner los sentimientos en palabras y de hacer sencillo lo profundo.

Durante el franquismo, aquellos malos tiempos para la lírica, fue poeta de lo social, junto con la notable y fecunda generación poética de José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma o José Ángel Valente, entre otros. Más tarde, nos obsequió con los versos de amor que antes no había podido escribir, como decía Paco Ignacio Taibo, “por falta de tiempo y sobra de conciencia”.

Leer por vez primera a Ángel González fue para mí un gozoso descubrimiento. Después, esa poesía la he podido saborear en muchas circunstancias. Tengo siempre por casa, nunca demasiado guardada, una antología personal que publicó Visor con el título A todo amor, que incluía una grabación con la voz del autor. También me gusta escuchar el maravilloso disco que grabó el poeta al alimón con Pedro Guerra, La palabra en el aire.

En ese CD se incluye uno de sus poemas más conocidos, Me basta así:

(...) Si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida
con tu propia
luz (…).



Aquí, en este recital el poeta lee su celebre Para que yo me llame Ángel González, en el que termina autodefiniéndose como:

(...) un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento…





Y Joaquín Sabina le retrata en este poema:



Ángel González nos deja otras muchas creaciones inolvidables (Ayer, Cumpleaños, esa ingeniosa Contra-Orden que oponía la poesía a las prohibiciones, ese A veces en que escribir un poema se parecía a un orgasmo, el Dato Biográfico tan visitado por cucarachas, su Inventario de lugares propicios al amor que está pegado en algunos vagones del metro de Madrid, Porvenir, Introducción a las fábulas para animales, esa maravilla que es La vida en juego...), pero si tuviera que quedarme con uno solo de sus poemas, elegiría sin duda éste, en el que retrata ese largo amor que algunas personas son capaces de mantener toda su vida y que incluso les trasciende:

Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo.
Pero nada ya ahora
-ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa-
podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,
creciente en un espacio sin fronteras
este amor ya sin mí te amará siempre.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Le echaremos de menos.

Anónimo dijo...

gracias por el regalo :)

Elyon_Lannister dijo...

Jajaja, bueno, es que yo no estudio Derecho puro, sino una comjunta que es Derecho y Administración de Empresas... de ahí mi desgracia de tener que dar no sólo Matemáticas I, sino Matemáticas II para el siguiente cuatrimestre, y al año que viene hay otro tipo de matemáticas... pero bueno, es lo que hay.

Me encanta la poesía social y sin embargo Ángel González es uno de los autores que tengo pendiente por leer. Muy bonita la selección que has hecho, supongo que me compraré la antología de Visor que para empezar no está mal.

¡Un saludo!

H dijo...

Una gran gran pérdida. Aunque nos queden sus palabras, nos faltará su creación infinita.

Un abrazo,

Henar

Carlos J. Galán dijo...

Sí, Celebritydeath, perdemos su limpia y personal mirada sobre la vida y el amor.

Gracias a ti, Cabaret.

Lo de Lady Elion, que los lectores de este blog no entenderán mucho, es porque yo en el suyo había mostrado mi horror por que en Derecho se pudiese estudiar una asignatura de ¡¡Matemáticas!! (Vade retro).

¡¡Qué alegría tenerte por aquí, Henar!! Ya sabes que a mí Chez Henar me resulta muy acogedora. Me agazapo con frecuencia en un rincón y leo escritos muy personales, pero que están llenos de inteligencia, sensibilidad y buen humor. Esta casa seguramente es menos hogareña, más desastre, más caótica..., pero cuando quieras eres bienvenida, es un auténtico placer recibir tu visita.

Carlos J. Galán dijo...

Hoy he leido que han llevado las cenizas de Ángel González a Oviedo. En su lápida, él quiso que pusieran justamente el mismo verso con el que yo terminaba mi post: "Este amor, ya sin mí, te amará siempre".

Anónimo dijo...

Me alegra esa recuperación de la poesía de Ángel en propia carne, también tu recuerdo vestido por la sencillez.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Gracias por el recuerdo tan bonito que haces a mi paisano Angel , encontre este enlace por la red y a llegar me lleve la grata sospresa de ver que eras tu.;)
YES MUY GUAPIN.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Un lujo, Ana, tenerte por aquí, una poeta en el pequeño rincón de recuerdo a otro poeta.

Y mi amiga asturiana, otro lujo. Indicado para tener una moderada subida de autoestima de vez en cuando.