Me notifican una sentencia y el juez que la dicta accede a
lo que, según él, yo he peticionado. Hasta ese momento estaba convencido de no
haber peticionado nada, sino de haberlo pedido.
En otra ocasión, en un juicio laboral, se discutía si el
trabajador había ficcionado una dolencia. A mí, la verdad, me pareció que la
había fingido.
Al leer determinadas actas, uno siente deseos de recordarle
a su redactor que una transacción se alcanza cuando ambas partes transigen, no
cuando transaccionan.
Cómo se echa de menos, también en los juzgados, a Lázaro
Carreter y su Dardo en la palabra. La tendencia a inventar nuevos verbos, a
partir de sustantivos que ya están relacionados con un verbo preexistente,
parece imparable. No sólo en nuestro ámbito, sino en otros muchos: los
bancarios, por ejemplo, en vez de abrir cuentas las aperturan y en lugar de
cubrir riesgos los coberturan.
Algunas de estas creativas formas verbales (peticionar o
transaccionar) han acabado siendo aceptadas por la Real Academia Española aunque
por fortuna otras muchas (recepcionar, ficcionar, coberturar, aperturar…)
siguen sin estar por ahora en el diccionario.
Se aduce a menudo, en pro de su reconocimiento, ciertas
diferencias de connotación. Por ejemplo, recepcionar implicaría, frente a
recibir, aceptación y conformidad. Pero creo que esos matices se perciben
por el contexto y se deducen del predicado de la frase. Todos
entendemos sin dificultad que hay connotaciones muy distintas entre recibir la
visita de alguien en tu casa y recibir un insulto, aunque el verbo sea
coincidente. La diferencia entre romperse un brazo y romper relaciones
diplomáticas se capta perfectamente sin necesidad de inventar un nuevo verbo (¿rupturar
relaciones diplomáticas? ¿roturarse un brazo?).
Me temo que, por este camino, en nuestro ámbito terminaremos
particionando herencias o -¿por qué no?- se juicionarán los casos. Pero en otros aspectos de la vida, se
podrán lecturar libros, operacionar enfermos u opcionar entre varias
posibilidades. El campo para estos innovadores de la lengua es inmenso.
6 comentarios:
Magnífico. Y para el mundo de los RRHH necesitarías el doble de espacio...
No me digas... Yo creía que os bancos se llevaban la palma, eran insuperables, porque sólo les falta "disposicionar" dinero de las cuentas. Cuéntanos "nuevos verbos" de RRHH...
Se te olvida un verbo que aparece cada primavera, cual timida margarita jijiji, y es el verbo "procesionar" : los locutores de Tv no se cortan un pelo para repetir hata la saciedad que el Cristo procecsiona a las 6 de la tarde. No sabia yo que eran tan milagrosos los pasos de las procesiones, ni tam borricos estos señores.
Jajaja, procesionar, sí, otro gran hallazgo...
El anterior cura de El Hoyo, para iniciar la procesión del Viernes Santo le decía a la gente para que fuese saliendo "procedamos en paz". Y yo siempre pensaba que no le iba a entender nadie: "procesionemos en paz" es lo suyo...
Ayer aprendí otro: excepcionar. Un abogado explicaba al juez que esto es tal y cual, pero que se excepcionan ciertos casos. Un verbo mucho más bonito que exceptuar, dónde va a parar.
Hoy he aprendido otro verbo en una sentencia: paccionar.
Pero está admitido por la RAE como sinónimo de pactar.
Más que uno de esos verbos innovadores, quizá ésta sea una forma arcaica, porque la expresión "ley paccionada" sí se usaba antiguamente.
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