Uno no siempre está donde tendría que estar. Y estos meses son la caña; menos mal que ya queda menos.
El sitio donde estoy: en el despacho, trabajando.
El sitio donde debería estar esta noche: en la Casa de Campo en la actuación de Marlango. Por ejemplo.
Así que, después de haber hecho declaraciones de la renta y algunas otras cosas, me concedo -y comparto- este premio de consolación -como hice ya con Noa- de escuchar un momento a Leonor Watling y su banda (la grabación es malilla pero...):
I can't take my eyes off you
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7 comentarios:
Me encanta la canción que da título al post. Si es la canción de Damien Rice.
Te habría gustado mucho más el primer grupo. Tremendo. "No reply".
Buenos días.
Me parece que no es la misma de Damien Rice que tú dices. ésta no sé quién es el autor, pero es la típica que habrás escuchado en doce mil versiones distintas, melódica, disco...
te la mando luego, desde casa. Es la de la BSO de Closer. "The blower daughter" se llama. Como sigamos cruzándonos voy a empezar a repartir estampillas en la puerta del metro de "milagroso santa abulense soluciona problemas" (y es un milagrosO santA)
La he escuchado en el youtube, está muy bien.
Sí, hasta ahora sólo había un Santa masculino, que era Santa Claus, pero ciertas hadas tienen revolucionado todo el santoral.
Decía Ray Loriga cuando le criticaban su peli de "Teresa": que se lean los poemas de Santa Teresa y luego sean capaces de decirme que eso no es amor carnal.
Si repartes estampitas en el metro prometiendo solucionar problemas, te echarán mal de ojo los videntes africanos estos que acaban con todos los males, que tienen la exclusiva de ese negociado...
pero... qué buen aspecto tiene Leonor Watling :)
No sé por qué sabía yo que te iba a gustar, Fernando :-). Además de todo, está graciosa en este video, los gestos y tal.
Dice mi anónima desplazada al concierto de anoche que no estuvo muy allá. Es que sólo se fija en la música fríamente...
La anónima, fan de ver los conciertos desde la última fila, que se ven mejor, fue llevada de las orejas por el grueso masculino a la segunda fila, porque los muchachos querían ver a la cantanta de cerca.
Y la otra fémina del grupo y yo también tuvimos tiempo para frivolizar, de espaldas a la música (y esas 4 primeras canciones fuera de tono...) y estuvimos valorando lo avanzado de su estado gestacional, lo extraño de sus movimientos espásticos y lo chulas que eran sus gomas del pelo. Ahí es nada.
Fue demasiado sobrio. Demasiado después de 4 horas de espera y unos teloneros haciendo swing.
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