“No voy a reclamar para mi país, Nicaragua, el premio para el más azotado y sufrido del continente americano, porque siendo un país latinoamericano la competencia es feroz (…). Somos un país de sobrevivientes, sobrevivientes de las catástrofes, pero también de las esperanzas malogradas.”
Nicaragua es una pequeña (y dicen que linda: sueño con comprobarlo un día cercano) nación de Centroamérica, un pueblo que fue ejemplo de superación, un David frente a un Goliat, un singular país donde los héroes nacionales son un guerrillero y un puñado de poetas.
“Las memorias que guardo de mi infancia y adolescencia ocurrieron en una ciudad que ya no existe, una ciudad que se desplomó en una noche de polvareda e incendios”.
Tenía yo seis años cuando supe de la existencia de Nicaragua. Y de qué forma. A un maestro de mi pueblito abulense se le ocurrió encargarnos en la escuela que, por equipos de trabajo, hiciéramos unos murales sobre el terremoto que acababa de devastar Managua, para luego colocarlos en el aula.
A esa edad creo que aún no nos habían explicado muy bien qué era América o qué era un terremoto. Pero un grupo de niños aprendimos así, recortando diarios y topándonos de bruces con la realidad, algo de periodismo, algo de geografía, algo de geología y algo sobre el dolor.
"Los portadores de sueños sobrevivieron a los
climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
generación espontánea.
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias
torrenciales tuvieron algo que ver con esto,
la verdad es que como laboriosas hormiguitas
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir
hermosos mundos,
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se
llamaban compañeros,
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban
en las muertes,
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se
ayudaban en el
arte de querer y en la defensa de la felicidad (…).
Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.
Los portadores de sueños conocían su poder
por eso no se extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños
y los exportaban con grandes lazos de colores.
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros
vigilando los pasajes y los caminos
buscando estos peligrosos cargamentos
que nunca lograban atrapar
porque el que no tiene ojos para soñar
no ve los sueños ni de día, ni de noche” .
Nicaragua volvería a estar presente en mi vida varias décadas después, cuando seguí, desde el interés, desde el cariño, desde la solidaridad y luego desde la decepción, la más hermosa de las revoluciones contemporáneas.
La que derribó la tiranía de Somoza. La que intentó esbozar un modelo propio en el que patriotismo, libertad y justicia social no fueran conceptos reñidos entre sí. La que alfabetizó en medio año a medio país. La que comenzó a extender la educación y la sanidad en un territorio lleno de pobreza y entre un pueblo lleno de dignidad. La que intentó reconstruir y vertebrar mínimamente Nicaragua con sus escasos recursos, mientras un vecino del Norte dedicaba muchos más, miles de millones de dólares, al acoso bélico a una experiencia que consideraba peligrosa. La que feneció como consecuencia del sucio chantaje de una guerra impuesta, pero también como consecuencia de sus propios errores, de las corrupciones de algunos dirigentes, que no estuvieron ni remotamente a la altura del esfuerzo colectivo de su pueblo y de la conducta ética de la mayoría de quienes habían sido sus compañeros.
Me recuerdo encargando libros a toda la gente que viajaba a Nicaragua o incluso a cualquier otro país de Iberoamérica, me recuerdo alimentando así mi simpatía por los nicas.
Me recuerdo también, triste, el día de la derrota electoral del sandinismo, escuchando en Madrid a la periodista Carmen Sarmiento, en lo que estaba programado como una fiesta y terminó siendo un desfile amargo de soñadores con caras largas.
La que derribó la tiranía de Somoza. La que intentó esbozar un modelo propio en el que patriotismo, libertad y justicia social no fueran conceptos reñidos entre sí. La que alfabetizó en medio año a medio país. La que comenzó a extender la educación y la sanidad en un territorio lleno de pobreza y entre un pueblo lleno de dignidad. La que intentó reconstruir y vertebrar mínimamente Nicaragua con sus escasos recursos, mientras un vecino del Norte dedicaba muchos más, miles de millones de dólares, al acoso bélico a una experiencia que consideraba peligrosa. La que feneció como consecuencia del sucio chantaje de una guerra impuesta, pero también como consecuencia de sus propios errores, de las corrupciones de algunos dirigentes, que no estuvieron ni remotamente a la altura del esfuerzo colectivo de su pueblo y de la conducta ética de la mayoría de quienes habían sido sus compañeros.
Me recuerdo encargando libros a toda la gente que viajaba a Nicaragua o incluso a cualquier otro país de Iberoamérica, me recuerdo alimentando así mi simpatía por los nicas.
Me recuerdo también, triste, el día de la derrota electoral del sandinismo, escuchando en Madrid a la periodista Carmen Sarmiento, en lo que estaba programado como una fiesta y terminó siendo un desfile amargo de soñadores con caras largas.
“… Y haré un libro desafiante y bello para vos.
Un libro donde estaremos felices
o ariscos como gatos discutiendo,
un libro que flote en el tiempo de tu tiempo”.
Un libro donde estaremos felices
o ariscos como gatos discutiendo,
un libro que flote en el tiempo de tu tiempo”.
Estaba yo convaleciente en casa de una leve enfermedad, alguna gripe o algo parecido, supongo. Era finales de los ochenta, creo recordar. Me dispuse a pasar el tiempo leyendo. Busqué entre los libros que tenía pendientes y tomé uno que alguien me había traído de un viaje a Argentina. Era una novela de una autora nicaragüense, Gioconda Belli, y se titulaba La mujer habitada.
Durante los siguientes días, esta obra, encuadrada en lo que se ha llamado realismo mágico, me cautivó. La lírica y la épica se unían en un relato que sospecho tenía mucho de la vida de su autora. La vida de alguien que, junto con el amor, encuentra también algo inesperado: una realidad que va empujándola al compromiso ético, a la insurrección frente a la injusticia. En las páginas de la novela asomaba una voz interior que representaba la compleja historia de liberación de un pueblo, asomaban las dudas y esa progresiva toma de conciencia que lleva a la implicación personal, a la entrega a los demás, rebelándose contra el destino y persiguiendo un sueño por construir.
Al libro le tomé un cariño especial. Una amiga que buscaba en mi biblioteca lecturas para tomar prestadas se llevó aquella edición. Le conté lo que significaba para mí, le advertí que no estaba aún publicada aquí, que por favor me la devolviera una vez leida. Luego se la reclamé varias veces… No la recuperé.
Cuando por fin la publicaron en España salió en Txalaparta y no quise comprarla por motivos éticos (con esta editorial tengo un problema personal: ellos no tienen claros algunos conceptos elementales, tales como que asesinar no está bien, y yo sí tengo claro que no quiero darles ni un céntimo). Por fin, años después la publicaron en Ediciones Salamandra y así pude comprar de nuevo el libro para tenerlo. Pero, como el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, haciendo las mismas advertencias… lo he vuelto a prestar.
"Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas."
Leí después otras novelas y saboreé a menudo su poesía.
Novelas con la misma prosa poética que tiñe cuanto hace.
Magnífica poesía erótica, o humorística, o comprometida…, siempre vital.
La voz de Gioconda no ha dejado ya de estar presente en mi vida desde aquel encuentro con su literatura…
Y he seguido con interés, muchas veces desde la coincidencia y algunas desde la discrepancia, sus opiniones políticas y sociales, comprobando en todo caso cómo ha seguido siendo fiel no a siglas algunas sino a ese mismo sentido de apuesta por la libertad y de rebelión contra las injusticias que descubrí años atrás leyéndola por vez primera.
Novelas con la misma prosa poética que tiñe cuanto hace.
Magnífica poesía erótica, o humorística, o comprometida…, siempre vital.
La voz de Gioconda no ha dejado ya de estar presente en mi vida desde aquel encuentro con su literatura…
Y he seguido con interés, muchas veces desde la coincidencia y algunas desde la discrepancia, sus opiniones políticas y sociales, comprobando en todo caso cómo ha seguido siendo fiel no a siglas algunas sino a ese mismo sentido de apuesta por la libertad y de rebelión contra las injusticias que descubrí años atrás leyéndola por vez primera.
"Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza."
Hace pocos días por fin cumplí un pequeño sueño personal y, casi veinte años después de aquel deslumbramiento que me causó su primera novela, pude saludarla personalmente.
Fue en la Casa de América de Madrid, con ocasión de los actos de Vivamérica. Por cierto, ese festival -y no un desfile militar- representa una forma más adecuada de celebrar los lazos de la hispanidad, es decir, todo eso que nos une hoy, que es mucho y deberíamos cuidar y potenciar más, por encima de la visión crítica que nos pueda merecer cómo se produjo el proceso histórico.
Gioconda había dado una magnífica conferencia, a la que no pude asistir por motivos profesionales, pero que luego he tenido ocasión de leer en el Facebook: La sonrisa de la poesía.
Pero sí pude ir a un recital poético dedicado a voces de la literatura femenina de Iberoamérica, presentado por Julia Escobar (por cierto, su blog La quimera y esta Nota discordante comparten la condición de bitácoras recomendadas en el blog de Fernando Sánchez Dragó) y en el que participaron, junto a Gioconda, la colombiana Piedad Bonnet, la cubana María Elena Cruz Varela y la chilena Elvira Hernández.
Además de disfrutar con la lectura de poemas, me sorprendieron anecdóticamente dos cosas. Una, la cantidad de público. Yo pensaba que la poesía sólo nos interesaba a cuatro y parece que al menos nos interesa a un par de centenares. Y otra la juventud de muchos de los asistentes españoles e iberoamericanos (una elevada densidad de chicas guapas por metro cuadrado), porque también pensaba que la gente joven hoy no leía poesía.
Cuando terminó el recital, me acerqué a la mesa. Como a continuación había un concierto en el mismo lugar -el Anfiteatro Gabriela Mistral-, Julia Escobar nos pidió a todos que nos fuéramos a la cafetería, así que le dije a Gioconda que la iba a perseguir hasta allá (“sí, persígueme”, dijo sonriendo), caminamos hacia el lugar (casi imposible conversar en el trayecto porque la iban parando y saludando a cada paso) y cuando llegamos la atraqué a punta de libro (“esos son los mejores atracos”, aseguró) y le pedí que me firmara El infinito en la palma de la mano, mi ejemplar ya leído y otro nuevo que era el regalo de cumpleaños para una amiga, Virginia.
Fue en la Casa de América de Madrid, con ocasión de los actos de Vivamérica. Por cierto, ese festival -y no un desfile militar- representa una forma más adecuada de celebrar los lazos de la hispanidad, es decir, todo eso que nos une hoy, que es mucho y deberíamos cuidar y potenciar más, por encima de la visión crítica que nos pueda merecer cómo se produjo el proceso histórico.
Gioconda había dado una magnífica conferencia, a la que no pude asistir por motivos profesionales, pero que luego he tenido ocasión de leer en el Facebook: La sonrisa de la poesía.
Pero sí pude ir a un recital poético dedicado a voces de la literatura femenina de Iberoamérica, presentado por Julia Escobar (por cierto, su blog La quimera y esta Nota discordante comparten la condición de bitácoras recomendadas en el blog de Fernando Sánchez Dragó) y en el que participaron, junto a Gioconda, la colombiana Piedad Bonnet, la cubana María Elena Cruz Varela y la chilena Elvira Hernández.
Además de disfrutar con la lectura de poemas, me sorprendieron anecdóticamente dos cosas. Una, la cantidad de público. Yo pensaba que la poesía sólo nos interesaba a cuatro y parece que al menos nos interesa a un par de centenares. Y otra la juventud de muchos de los asistentes españoles e iberoamericanos (una elevada densidad de chicas guapas por metro cuadrado), porque también pensaba que la gente joven hoy no leía poesía.
Cuando terminó el recital, me acerqué a la mesa. Como a continuación había un concierto en el mismo lugar -el Anfiteatro Gabriela Mistral-, Julia Escobar nos pidió a todos que nos fuéramos a la cafetería, así que le dije a Gioconda que la iba a perseguir hasta allá (“sí, persígueme”, dijo sonriendo), caminamos hacia el lugar (casi imposible conversar en el trayecto porque la iban parando y saludando a cada paso) y cuando llegamos la atraqué a punta de libro (“esos son los mejores atracos”, aseguró) y le pedí que me firmara El infinito en la palma de la mano, mi ejemplar ya leído y otro nuevo que era el regalo de cumpleaños para una amiga, Virginia.
“Eva pensó con nostalgia en la luz y quietud del Jardín. En la eternidad. Recordó el reposo de su ánimo, los pensamientos simples de su mente ajena al sobresalto, al llanto, a la angustia o a la rabia; aquel flotar leve de hoja sobre la superficie del agua.
- Si no hubiésemos comido la fruta –dijo ella mirándolo a los ojos- yo jamás habría probado un higo o una ostra. No habría visto al fénix resurgir de sus cenizas. No había conocido la noche. No reconocería que me siento sola cuando te vas, ni habría sentido cómo mi cuerpo tan frío aun en medio del incendio se llenó de calor apenas oí que me llamabas. Seguiría viéndote desnudo sin que me turbaras. Nunca habría sabido cuánto me gusta cuando te deslizas como pez dentro de mí para inventar el mar.
- Y yo no habría sabido que no me gusta que tengas hambre. Me parece cruel verte palidecer y no hacer nada por evitarlo. Yo no decidí que las cosas fueran así, Eva. Yo aprendo de lo que veo a mi alrededor.”
Gioconda, novelista. Premiada por El infinito en la palma de la mano:
(Todas las citas en cursiva son textos de Gioconda Belli, procedentes de la conferencia La sonrisa de la poesía, de diversos poemas, de El país bajo mi piel, memorias de amor y de guerra y de El infinito en la palma de la mano) .
El infinito en la palma de la mano es la última novela que ha publicado y con la que ganó el Premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral. Es el mágico relato de nuestros orígenes, la vida de Adán y Eva.
Comencé a leerla con ciertas dudas: me parecía, a priori, una historia ya demasiado conocida –desde la Biblia a Mark Twain- como para que pudiera sorprenderme o decirme algo nuevo. Pero no sólo no me defraudó, sino que me encantó.
Gioconda recrea este mito del Génesis con su brillante prosa poética. Y sabe imaginar y describir como nadie esa sensación del ser humano que carece de experiencia, esa impresión de primera vez ante todo: ante el alimento, ante el frío, ante la noche, ante la maternidad… La sensación de descubrir el dolor y el gozo, el miedo a lo desconocido y la esperanza: la vida humana.
Comencé a leerla con ciertas dudas: me parecía, a priori, una historia ya demasiado conocida –desde la Biblia a Mark Twain- como para que pudiera sorprenderme o decirme algo nuevo. Pero no sólo no me defraudó, sino que me encantó.
Gioconda recrea este mito del Génesis con su brillante prosa poética. Y sabe imaginar y describir como nadie esa sensación del ser humano que carece de experiencia, esa impresión de primera vez ante todo: ante el alimento, ante el frío, ante la noche, ante la maternidad… La sensación de descubrir el dolor y el gozo, el miedo a lo desconocido y la esperanza: la vida humana.
"Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas (…).
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas(..).
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser”.
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas (…).
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas(..).
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser”.
Gioconda, la de siempre, brillante, creativa, la mujer amante de la belleza y rebelde ante la injusticia, asoma hasta en las dedicatorias.
La que a mí me escribió: “Para Carlos, con manzanas e higos”.
Y la que abre el propio libro: “A las víctimas anónimas de la guerra de Irak. En algún lugar de esas tierras, entre el Tigris y el Éufrates, hubo una vez un Paraíso”.
La que a mí me escribió: “Para Carlos, con manzanas e higos”.
Y la que abre el propio libro: “A las víctimas anónimas de la guerra de Irak. En algún lugar de esas tierras, entre el Tigris y el Éufrates, hubo una vez un Paraíso”.
Dejo una selección de audiovisuales para que puedan escucharla.
Gioconda, poeta. Sueño con sofá y Carga cerrada (dedicado a Nicaragua, "mi hombre con nombre de mujer"):
Gioconda, novelista. Premiada por El infinito en la palma de la mano:
Gioconda, comprometida y luchadora. Leyendo en la calle una declaración del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), contra la pretensión de reducir el castigo penal a la violencia sexual:
(Todas las citas en cursiva son textos de Gioconda Belli, procedentes de la conferencia La sonrisa de la poesía, de diversos poemas, de El país bajo mi piel, memorias de amor y de guerra y de El infinito en la palma de la mano) .
37 comentarios:
¿pero todavia no has aprendido a no prestar libros?
En Historia, para celebrar el "paso del ecuador" de la carrera, en vez de gastarme lo que no tenía en un viaje a las playas caribeñas, me dio por estudiar la revolución sandinista nicaragüense.
Tras leer tu escrito, me he puesto a hacer arqueología doméstica y he rescatado el trabajo que realicé entonces. Lo titulé: "Nicaragua, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos".
La historia de la revolución es apasionante, terrible también. Lástima que los sandinistas se enfrentasen a dos enemigos: al externo y a sí mismos.
Me impresionaron sobretodo los testimonios de Sergio Ramírez -"Adios, muchachos"- y del embajador español en Managua (y padre del conocido portavoz de Exteriores del PP), Pedro de Arístegui -"Misión en Managua".
Como dice el himno del Frente Sandinista de Liberación Nacional:
¡Patria libre: vencer o morir!
Yo no presto libros ni jarta de vino. Es uno de mis principios. Son uno de mis pocos vicios y no comparto con nadie mis ejemplares, a no ser que se lea bajo el mismo techo de mi mini-biblioteca.
Dicho esto (vamos, ¡que no dejes libros tú tampoco!! O lleva un registro de entradas y salidas, que también hago eso para las pelis por ej.), y desde precario conocimiento sobre Nicaragua, me gustaría que me dijeses por dónde empezar a leer a Gioconda Belli. Me ha llamado poderosamente el primer libro que has puesto: "el país baj mi piel", el título es evocador. Pero me gusta conocer las historias en un cierto orden. Espero pues tu recomendación.
Gracias por este nuevo descubrimiento.
Beso.
Por cierto, Alberto V. podría hacer "rular" su trabajo :) Publícalo, haz copias y distribúyelas entre tus 25 mejores amigos, no sé... Comparte comparte... Beso de nuevo.
J.P., la persona a la que se lo presté esta segunda vez hasta ahora siempre me ha devuelto los libros, así que supongo que volverá.
Alberto, a mí también me parece sumamente interesante el fenómeno de la revolucion sandinista y coincido contigo en que tuvieron un poderosísimo enemigo exterior y un enemigo dentro de sí mismos. No he leido el "Adios Muchachos" de Sergio, aunque conversé con él una vez en la Feria del Libro de Madrid (estaba solo). Sí leí el libro de Pedro de Arístegui. Resulta sintomático que los mejores intelectuales y algunas de las mejores gentes del FSLN originario como Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez, Carlos Mejía Godoy o Gioconda Belli hoy no estén en el Frente con el actual orteguismo. Lo que pasa es que si la disyuntiva en Nicaragua es que vuelvan los conservadores, es muy ardua. Lo bueno sería que el FSLN afrontara una renovación, una etapa pos-Ortega en algún momento, pero me temo que eso no lo permitirán las actuales estructuras.
Bueno, en todo caso, el post es sobre Gioconda y su calidad e interés literario se justifican por sí mismos, al margen de su compromiso político. El lector debe tener claro que se puede no compartir sus ideas y disfrutar con su poesía y sus narraciones.
Tortu, que nuestros comentarios se han cruzado.
Yo tengo mala experiencia en lo de prestar libros, como todo el mundo que los presta, pero a veces caigo, me da corte decir que no...
Que Alberto nos pase su artículo, secundo la moción.
¿Por dónde empezar a leer a Gioconda? Ufff, yo qué sé, ni idea... Para alguien que tenga interés por los compromisos éticos, políticos y sociales, quizá lo mejor sea empezar por "La mujer habitada" y seguir el orden cronológico (en realidad así llegué yo). Para alguien que le guste especialmente la poesía, mejor empezar por los poemas y luego descubrir a una narradora que no deja de ser poeta nunca. Y para alguien que le gusten sobre todo los relatos, yo empezaría justamente por el final, por "El infinito en la palma de la mano". La encuentras fácilmente porque es reciente, es literatura pura, evocaciones, vida... y, si te gusta y tienes curiosidad, puedes ir hacia los anteriores y profundizar en su obra.
Amigos Carlos Y Tortugaboba:
No me comprometo a ello. ¿La razón? Allá en el Pleistoceno (1999) yo llevaba a gala -¡miren ustedes qué soberana gilipollez!- no tener ordenador y, es más, no saber apenas manejarlos. Total, que mi trabajo está hecho con una Olivetti verde del año de la tos. Lo que sí intentaré es pasaros la reflexión final que escribí sobre el asunto. Creo que entonces escribía cosas más interesantes que ahora. Se ve que la madurez sólo aporta la calvicie.
Hola, Carlos, qué grata sorpresa. No te imaginas cuánto me emociona leerte porque a Gioconda la admiro muchísimo como escritora y por sus posición política la cual comparto plenamente. Cuando puedas cómprate su libro El pergamino de la seducción. Si gustas escríbeme a melba_1951@yahoo.com.mx para enviarte Sofía de los presagios y La mujer habitada digitalizados, también tengo "Waslala".
Saludos nicas.
.
Un placer tenerte por aquí, Melba, estás en tu casa.
No sé si meto mucho la pata en cuanto a información al escribir sobre tu país, pero ves que en todo caso escribo con un inmenso cariño hacia vuestro pueblo.
Me alegro de que te haya gustado el artículo que dedico a Gioconda.
Oye, ¿por qué no te animas tú a responder la pregunta que hacía Tortugaboba en cuanto al orden recomendable para alguien que por vez primera quiere leer a esta autora? Echa un vistazo a su comentario, por favor, y si te apetece da tu opinión.
Te escribo.
Alberto, aunque esté hecho con Olivetti, le podías pasar una fotocopia al otro V. y en cualquier momento lo escaneamos. Un abrazo.
Grandísma mujer, de las que viven con todas las letras, de las que no se doblegan. Yo también la conocí hace años. Personalmente me inclino más por su poesía que por su prosa. Besos.
Alberto V., escaneemos pues, todo sea por ilustrarnos, por lo menos a mí que vergüenza me da no conocer casi nada de Nicaragua (y tengo por tanto que ponerle remedio).
Gracias Carlos por tus recomendaciones, tomo nota. Papá Noël va a traer el trineo a tope, ya lo estoy viendo...
Besos a todos.
Tortu, como verás le he pedido a esta amiga nica que nos ha visitado, Melba, que te dé su opinión, porque parece que ella ha leido absolutamente todos. No sé si lo verá; si no, se lo podemos decir en su blog y seguro que te contesta. Lo de "El País bajo mi piel" que me decías son sus memorias del tiempo de colaboración con el sandinismo, la guerrilla, el triunfo de la revolución, la etapa institucional... Ahí cuenta historias de amor, su primer papel como enlace en la guerrilla, su encuentro con algunos líderes internacionales conocidos,etc. Las subtitula "memorias de amor y de guerra".
Ana, como cuento yo la conocí por la prosa y luego salté a la poesía, que sí me gusta mucho. Lo que pasa es que a veces no es una frontera ten definida, me parece a mí. ¿Has leido El infinito en la palma de la mano? Ahí está presente, más quizá que en otros relatos previos, una prosa poética con la misma sensibilidad que se encuentra en sus versos. Y de hecho es lo que hace muy personal a este texto, porque la historia en realidad es conocida y lo que la enriquece o la singulariza son las descripciones, las evocaciones... Si bien ella también introduce variaciones en el relato bíblico (la serpiente no es el demonio sino una especie de oráculo o algo parecido, los cuatro hijos de Adán y Eva, etc.).
Carlos:
Muy bueno tu reporteje sobre Gioconda Belli. Espero que visites nuevamente my blog y leas algunas de las reseñan de escrotires nicaragüenses.
Un saludo desde Nicaragua.
Rolando Mendoza
Hola, Carlos. Gracias por tus palabras en mi blog.
En primera instancia, a TortugaBoba le escribiré en otro momento porque saldré de Managua por unos dos días.
Por otra parte, lamento no conocer la la película "El Lado Oscuro del Corazón" y agradezco infinitamente el enlace que me dejaste.
Espero que todos tus asuntos estén marchando de la mejor manera posible.
Salud♥s
Hola, Rolando. Sí, leí alguna de las semblanzas que publicas, de los autores nicaragüenses que sí conozco (Pablo Antonio CuadraJosé Coronel Urtrecho y dos a los que en alguna ocasión también pude saludar personalmente, Sergio Ramírez y el entrañable Ernesto Cardenal...). Descubrí que hay muchos escritores nicaragüenses para mí desconocidos. Y que la esposa del presidente Ortega, Rosario Murillo es también escritora (no tenía ni la menor idea).
Melba, pásate cuando quieras, que Tortugaboba te espera unos días, no se va :-)
Cuando te apasionan los temas que abordas en tus artículos, Carlos, se nota muchísimo. Ha sido una delicia leerte hoy, como casi siempre. Me apunto como deberes leer a esta artista. Gracias por un texto tan hermoso, aunque parte de los derechos de autor sean de Gioconda ;-)
Hermosa crónica. Me gusta cómo te acercas a las personas que admiras, con naturalidad y calidez. Yo me pongo nerviosa y me quedo muda, o quiero ser arrebatadoramente original y balbuceo sandeces incongruentes. La verdad es que conozco poco de Gioconda, apenas unos poemas sueltos, pero me has abierto el apetito y quiero más.
Y claro que los jóvenes leen poesía (de hecho yo creo que una de las épocas en que los canales por los que entra la poesía están más abiertos es precisamente en la adolescencia y primera juventud).
Besos
Sí, Fernando, yo creo que cuando escribo de política se me nota el hastío y, sin embargo, cuando escribo de estas otras cosas se me nota la ilusión. Y del post, lo mejor, con mucho, son los textos de esta "coautora" :-) que me he buscado.
Si tú supieras, Bárbara... Yo me quedo mudo, me da un corte horrible. Por descontado que a Gioconda no le dije prácticamente nada, me da palo soltar esos tópicos de "he leido tu obra, me gusta mucho" y tal, casi que se da por supuesto si estoy allí persiguiéndola hasta la cafetería para que me firme el libro y me hago una foto con ella... Así que estuve más bien sosito y callado. Luego, cuando escribí el post, es cuando solté lo que realmente siento ante la literatura de Gioconda. Y en estos casos suelo enviárselo al interesado o interesada, porque al fin y al cabo es lo que por torpeza no sabría decirle en persona.
Y me alegro de que haya jóvenes que sí son lectores de poesía. Y vaya, al leerte de pronto me descubro a mí mismo hablando como un viejo. Resulta que, hasta hace diez minutos, me indignaba que no me incluyeran en la lista de jóvenes (ver por ejemplo el post "Cosas de la edad") y de pronto me veo soltando el discurso de "esta juventud de hoy en día...". Ufff.
Yo preguntaría a Gonzalo sobre tu libro, seguro que tiene algo que ver.... POr cierto ¿cómo se vota tu blog? creo que tienes que estar inscrito tú con un blog....
Tú lo dices de broma, pero mira en tus estanterías, anda... Yo confío, efectivamente, en que Gonzalo me lo devuelva.
Para votar en 20 Minutos tienes que estar inscrito con un blog. Para Bitácoras no sé, creo que no.
Hola, Carlos, te envié por correo electrónico algo de Gioconda.
Hola, TortugaBoba:
A mi parecer, lo primero que hay que leer de Gioconda es su poemario "Sobre la grama" y luego su novela "La mujer habitada". Todo lo demás, si bien ciertos hechos son cronológicos, para mí lo más importante es su postura ideológica, siempre coherente, incluso en los últimos tiempos en los que la salvedad es que se enfrenta al poder -Daniel y Rosario-desde cualquier medio que le dé cabida.
BITÁCORAS DE GIOCONDA BELLI
http://www.elnuevodiario.com.ni/blog/articulo/289
Entra a su sitio Web
http://www.giocondabelli.com/
y en el buscador es increíble la cantidad de cosas que pueden encontrarse.
Salud♥s nicas. Melba
Gracias Melba, tomé nota de todo.
Muá ♫
Estoy registrada en 20 minutos, te votare... y tambien en Bitacora...
Mientras te he otorgado un premio... pasate por mi casa a recogerlo.
Un abrazo
Lo siento Carlos, en 20minutos, no vale solo con estar registrada... hay que registrar el blog... y en Bitacora... paso el plazo hace una semana... o al menos eso me dicen...
Lo dicho pasate por mi blog, que ese lo tienes merecido y garantizado.
Un abrazo
Gracias, Melba, por las sugerencias y por todo lo que me envías.
Hola, M. Gemma. Gracias en cualquier caso por la intención. En 20 Minutos, efectivamente, sólo se vota entre los propios blogueros inscritos. En Bitácoras se puede votar todavía, hasta la primera semana de noviembre inclusive creo recordar, pero no sé si había que haberse inscrito antes. Me paso por tu blog a ver qué tengo...
Te he encontrado en una pagina de hi5 y como yo me sumerjo en esto de los blogs pués pasé a verte ,a curiosear un poquito .
Mi blog es lascosasdelualua.blogspot.com.
Un saludo y bonitas fotos las qué tienes puestas en hi5,eres todo un viajero.
Un besito .Muacks
Hola, Lua. Sí, tengo un perfil en Hi5, aunque apenas entro, soy más de Facebook :-)
Y sí, viajo todo lo que puedo, aunque siempre menos de lo que quisiera. Me paso por tu blog a echar un vistazo. Besos.
Siguiendo el rastro de Angel Gonzalez llegue a tu blog, y he descubierto a Gioconda Belli y un poco de su obra, me ha encantado, me gusta tu blog, te invito a que pases por los mios.
un saludo.
Hola, Escacer. Buen rastro el de Ángel González. Y me alegra que también hayas descubierto a Gioconda Belli. Ahora me marcho de viaje, pero a la vuelta me paso por tu blog. Bienvenido y gracias.
MIs felicitaciones por tu blog, me parece muy interesante. lo encontré de casualidad, pues ando leyendo el ultimo libro de G.Belli. me gustó mucho la biografía que haces de ella. saludos.
Cuando ví los Portadores de Sueños en esta entrada no pude evitar quedarme un poco más y compartir contigo esta experiencia...
Yo lía a esta mujer valiente a escondidas, porque era una autora prohibida en mi ciudad por sus opiniones "libertinas" (que lo que aquí pongo lo decía un comentarista de tv que así como despotricaba contra ella también lo así con la música o cualquier cosas), la lectura de la "Mujer Habitada" y luego "Sofía de los presagios" amplió mi forma de percibir el mundo completamente...
Que agradable es encontrase con personas que pueden encontrar en la lectura una forma para expresar y complementar sus aspiraciones en la vida...
Qué tal, Niura, ¿te gustó El Infinito...? Es una lindísima prosa poética, pero además me gusta cómo consigue transmitirnos ese asombro ante el descubrimiento del mundo y de la vida. Me he asomado por tu blog y tiene buena pinta. Nos vamos leyendo.
Es verdad, Candela, gentes como Gioconda son de las que ayudan a "hacer la vida más ancha". Vuelve cuando quieras, estás en tu casa. Yo también te visitaré.
Carlos, me vine aquí desde tu enlace en el grupo de Gioconda B. de Facebook. Es un hermoso homenaje y muy completo el que le haces en este post.
El pasado viernes vino a Almería y también tuve la gran suerte de escucharla, de tener "La mujer habitada" dedicado por ella (el libro tiene más de diez años y fue con el que la descubrí, me habitó completamente) y de hacerme fotos. Qué emoción más grande, una experiencia muy muy muy enriquecedora.
Enhorabuena por el blog, me gusta mucho, te pongo en favoritos.
Un abrazo
Hola, Irene. Pretendía reflejar mi encuentro con su obra -también con La mujer habitada, como tú- y compartir mi recomendación de lectura. Yo la escuché en Casa de América también hace unos días. De hecho, en breve quería colgar algún fragmento de la lectura que hizo. Bienvenida, ven cuando quieras, estás en tu casa.
Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!
thanks for this nice post 111213
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