De tailandeses a alemanes

El 31 de agosto regresaba de Tailandia, una tierra llena de gente sonriente, de gente amable, de gente acogedora, de gente que te hace las cosas más sencillas…

Desde Bangkok, hago escala en Frankfurt y, cuando nos disponemos a tomar el avión a Madrid, observamos que hay una cola para pasar los controles que da cuatro vueltas a la amplia estancia. Si esperamos pacientemente turno, perdemos el avión sin duda alguna. Si nos dejan pasar, llegamos a tiempo de embarcar. Se lo decimos a las empleadas del aeropuerto que controlan los accesos y les mostramos nuestros billetes. Se miran entre ellas. No hay nada que hacer: que lo sienten mucho, pero hay que esperar la cola. La norma es la norma. Perplejo, me dan ganas de preguntarle si está permitido pisar las rayas entre las baldosas.

Consumimos inútilmente el tiempo que nos queda en la fila, sabiendo que entretanto nos harán la consabida última llamada a los pasajeros…, que tendrán que desembarcar nuestro equipaje de la bodega del avión…, y todo mientras nosotros, a sólo unos metros, esperamos impotentes una estúpida cola, donde seguramente nos preceden muchas personas que van con margen de tiempo y que posiblemente no tendrían inconveniente en que pasáramos dadas las circunstancias.

Llegamos por fin, corriendo, a la puerta de embarque. Vano intento. El avión se acaba de marchar.

Pienso: tómatelo con calma, Carlos, son cosas que pasan. Vienes de un estupendo viaje, para qué vas a cabrearte ahora. Sé positivo. Si te dan avión para tarde, aprovecha para irte a conocer Frankfurt. Pero tampoco es posible. “Vénganse por aquí a las 12’30 h. y les diremos si hay plazas para las 13’30 h.” No queremos arriesgarnos, así que esperamos pacientemente en el aeropuerto. Finalmente, no hay asientos libres en el avión de las 13’30 h. y nos los asignan para el vuelo de las 18'00 h. Comemos y esperamos de nuevo. En total, aproximadamente 11 horas en un aeropuerto, un día entero, más la paliza previa del vuelo Bangkok-Frankfurt. De haber llegado a Madrid a las 10 de la mañana a llegar a las ocho y media de la tarde. Si con toda la razón dice un viajero experimentado como Dragó que hay que volar con la Thai y sin escala…

Y yo acordándome todo el rato de las empleadas que controlaban la cola de acceso. Qué gente más cuadriculada, madre mía. No tenía que estar permitido que, cuando vienes de tratar con tailandeses, te pongan a tratar de golpe con alemanes. Se necesita algo intermedio como transición.

17 comentarios:

Fernando Solera dijo...

Jajajajaja. Me ha encantado el final, Carlos. Te ha quedado niquelado, que diría un castizo. Se nota que te ha salido del alma el comentario. Los alemanes tienen muchas cosas buenas, aunque razonables, lo que se dice razonables, no son.

Anónimo dijo...

Hola Carlos!
Hace algún tiempo que sigo tu blog.

Dos comentarios:
1º Seguramente los Tailandeses tiene la sonrisa que tiene por que son previsores y llegan a los lugares con tiempo de antelación y no con prisas de último minuto.
2º Quiza los alemanes tienen muchos defectos pero su pais sin lugar a dudas esta mucho más avanzado que el de los tailandeses con todas sus sonrisas y tranquilidad.

Espero que publiques el comentario, las críticas siempre son constructivas.

Roseton

Bernardo Rivero dijo...

Yo también tengo un mal recuerdo del aeropuerto de Frankfurt, que creo que es el más importante de Alemania. Llegaba de Praga con mi mujer y dos hijos pequeños (de seis y nueve años entonces) y teníamos que tomar allí el vuelo que nos llevara para España, nuestro destino. Habíamos salido con bastante retraso de la capital checa por problemas de niebla en la ciudad alemana aquella mañana y en el aeropuerto de Frankfurt tuvimos que hacer una carrera que parecía interminable (de una punta a otra, literalmente) a toda velocidad. No hubiéramos llegado nunca si no es porque seguimos a unos jóvenes españoles que también iban a tomar el mismo vuelo. Por fin, agotados y con el corazón latiendo aceleradamente, llegamos a la cola para el control previo al embarque. Allí, nerviosos, esperamos a que nos tocara pasar por el arco que, como no podía ser de otra manera, me pitó (supongo que serían las malditas gafas, que eran el único objeto metálico que llevaba conmigo), pues estos alemanes, nos había avisado un joven guardia civil que esperaba su turno junto a nosotros, ponen los detectores a la máxima sensibilidad. Me tomé el asunto con resignación y dando ya por imposible la hazaña de llegar al avión a tiempo. Afortunadamente, en esta ocasión sí tuvimos suerte y lo pillamos "in extremis". Una vez sentados en nuestras plazas, ya relajados, nos reímos de la peripecia.
Ciertamente, Carlos, referido al hecho que nos narras, en muchas ocasiones hay que ser eclécticos, pues, como solía decir mi padre, "en el término medio está la virtud".
Saludos.

Carlos J. Galán dijo...

Hola, Fernando. El comentario final es en tono de cierto humor, claro está, es lo que me salió tras pasar aquel momento, entre las risas del resto. Tengo amigos alemanes y me parece un país ciertamente admirable en muchos aspectos. Y, además, toda generalización sobre el carácter de los nacionales de un determinado país tiene algo de injusta, ya se sabe que hay de todo. Posiblemente en ese mismo aeropuerto hubiéramos encontrado otros empleados razonables dispuestos a buscar una solución, pero nos topamos con las rígidas. No obstante, es verdad que algo hay de idiosincrasia en cada carácter nacional y que los tópicos también tienen algo de razón y eso es lo que me da pie a la broma final.

Rosetón, claro que tu comentario sale publicado. Y claro que se agradecen las críticas. Yo sólo censuro si hay insultos o cosas así y muy grave tiene que ser. Respecto a lo que comentas, por muy previsor que uno sea, hay veces, por ejemplo, que los vuelos se retrasan, o que se llega a escalas con el tiempo muy justo, o que es imposible prever cómo va a ser algo, y se agradece que se aplique cierta racionalidad práctica (como yo he visto hacer en muchos aeropuertos) frente a un rigor extremo que no beneficia en la práctica a nadie. Alemania está más desarrollado que Tailandia económicamente, sin duda, y eso es importante, pero no sé si es lo más importante en la vida. Yo no estaría tan seguro que los alemanes sean más felices que los tailandeses o tengan más calidad de vida en general, quizá sí o quizá no.

Lo veo según lo cuentas, Bernardo, es así el aeropuerto, muy grande, no siempre bien indicado (en esto como casi todos los aeropuertos) y funciona bien pero son en exceso inflexibles con ciertas cosas. Por supuesto, aunque no lo he contado, la Ley de Murphy hizo de las suyas y a uno de mis acompañantes lo tuvieron que cachear, etc.
Como bien dices, en el término medio está la virtud. Entre la chapuza de algunos sitios y la rigidez rayana en lo abusrdo de otros, debería haber algún punto razonable.

Anónimo dijo...

¿Y por qué piensas que debías tener preferencia en la cola frente a quien había llegado antes?
¿No creees que si todos fueramos por las colas de los aeropuertos, o por cualquier cola, con motivos para pasar por delante de los demás sería un follón enorme?
¿No crees que el principal fallo es vuestra "española" falta de planificación? ¿ A tí te sienta bien cuando alguien se salta la cola en la que esperas?
¿Si es por ejemplo un político o un famosillo?
¿No te parece superioridad occidental pensar que los tailandeses son muy felices en medio de su miseria en vez de tomar conciencia de ella y reaccionar?

D'Artagnan dijo...

Creo que por primera vez estoy de acuerdo con Dragó, en lo posible evitar escalas, son peligrosas.
Creo también que más que dejarte saltar la cola lo que debería haber es colas para pasajeros con tiempo y colas para los vuelos que salen "ya", y con respecto a lo que dicen en el comentario anterior, el saltarse la cola de Carlos no era por privilegios sino por necesidad, y no creo que sea lo mismo. Que yo sepa el bacón de la casa rosada no te hizo famoso todavía , no?

Sauze dijo...

Que quede como anécdota, seguro que a fin de cuentas, mereció la pena todo ello, por la sensación del gran viaje que has realizado a thailandia.
un saludo

ANA dijo...

Fíjate ,siempre digo ,que cuando llegaron a estas playas-soy latinoamericana-las"sajonidades"de la globalizaciòn SE INSTAURO UNA SUERTE DE DICTADURA CON NOMBRE DE DEMOCRACIA.

ana maria parente dijo...

ANONIMO que siga siendo orgulloso con su temperamento español"con màs sentido comùn".
Precisamente cuando la"sajonidad"tocò nuestras tierras con la globalizaciòn MULTIPLICO LA MISERIA. Ahora incluso esa misma"sajonidad" se hace cruces con la miseria que provocò PERO NO TIENEN LA AMABILIDAD DE GOLPEARSE ELLOS EL PECHO PARA PEDIR PERDON.
Hasta los empresarios españoles de esa época no lo parecìan sino que daba la impresión de estar vacunados con la "frialdad sajona".

Carlos J. Galán dijo...

Hola, Anónimo. Yo pienso que, entre personas que están en igualdad de situación, el turno tiene que establecerse en función de quien llegó antes. Pero no es tan raro que, cuando no hay igualdad de situación, el criterio sea otro. Por otro lado, no pierdas de vista que, en este caso, el turno no es para ser atendidos antes ni para partir antes, luego no se obtiene ventaja por estar delante en la cola. El turno es para pasar unos controles y seguir esperando después al otro lado.
En concreto, lo que comento -que pasen antes los de vuelos de salida inmediata- es habitual en otros aeropuertos y nadie se enfada. Y cuando a mí me ha pasado (por ejemplo, en Barajas) y, teniendo yo tiempo de sobra, he tenido que dejar pasar a alguien a quien estaban llamando por megafonía y los empleados les han hecho pasar, no me ha incomodado lo más mínimo; todo lo contrario: me incomodaría, si yo no tengo prisa, tenerle esperando detrás de mí mientras su vuelo se marcha. ¿Qué gano yo con eso? Como te digo esto se hace en otros aeropuertos y no es ningún caos, te lo puedo asegurar.
De todas formas, no olvidéis que yo hago un comentario y lo hago en tono anecdótico. Ni rechisté cuando me lo dijeron, esperé pacientemente la cola, perdí el vuelo y esperé once horas hasta poder salir... Hubo algún pasajero italiano que montó el pollo en situación similar, pero no fue mi caso. Pero eso no quiere decir que no pueda expresar mi opinión y que me parezca poco razonable algo que perjudica a muchos (al pasajero que pierde el avión, al resto de pasajeros a los que se les retrasa su salida, a los empleados que tienen que localizar y desembarcar equipajes, etc.) y no beneficia a nadie (si el que espera en la cola tiene tiempo suficiente, la única diferencia es esperar unos metros antes o unos metros después, pero su avión no saldrá antes por mucho que pase antes el control).
Respecto a la afirmación tan genérica de que en Tailandia viven en la miseria, creo que deberías informarte mejor. No digo que sea un país superdesarrollado en comparación con esa minoría que forman las potencias occidentales (y en esto habría mucho que hablar de los límites ecológicos, éticos, de las necesidades reales frente al consumismo y las "necesidades" inducidas, etc., etc.). Mírate los indicadores económicos de la que es la segunda economía más fuerte del Sudeste asiático tras Indonesia. Y si ya conoces que el nivel de vida medio es aceptable, pero lo que quieres decir es que al lado conviven bolsas de miseria grandes, podrás comprobar todo lo contrario: que eso es muy propio de países occidentales (nivel medio rico, pero bolsas de marginalidad llamativas) y que, por el contrario, Tailandia es uno de los países del mundo con menor índice de miseria (creo que el dos y pico por ciento, te cito de memoria). Una vez cubiertas necesidades elementales de alimentación, sanidad, etc, que eso me parece esencial, yo insisto en que no creo que los indicadores económicos sean lo único que marca el bienestar de una población. Es más y te lo digo con toda sinceridad: si yo tuviera que elegir obligatoriamente entre vivir en Alemania o vivir en Tailandia (prescindiendo de otras diferencias laborales o del tipo que sea, centrándome sólo en el país) no tendría la menor duda de que elegiría la segunda opción, pero ni la menor duda.

Tienes razón D'Artagnan. Esto lo hacen en estaciones de ferrocarril donde hay ventanillas para venta de billetes para viajes de salida inmediata, en muchos mostradores de facturación de las compañíás en aeropuertos, etc.

Sin duda, Sauze, es anecdótico al lado de pedazo de viaje que me metí. Me acuerdo mucho más de todo lo vivido anteriormente que de las horas pasadas en el aeropuerto de Frankfurt.

Ana, tienes buena parte de razón en lo que dices. Yo creo que la extrema riqueza y el potencial económico de algunos países se asienta sobre la miseria y la explotación de otros, por lo que encima no es de recibo que les miren por encima del hombro.

Anónimo dijo...

MENTE POBRE PAIS POBRE
POBRE MENTE POBRE PAIS

Carlos J. Galán dijo...

Dicho así, genéricamente, Anónimo, es más que posible que la ecuación sea correcta.

D'Artagnan dijo...

Al anónimo se lo nota un poco deprimido, no?

Anónimo dijo...

REALMENTE D´ARTAGNAN NO ME LO NOTO

Anónimo dijo...

Ayyyyy, historias de aeropuertos... Para no acabar. Y las de los españoles también serían de libro... Te cuento la última. Yo en Madrid, con más de dos horas disponibles para embarcar para Santander, casi pierdo un avión por varias cosas: 1/ Voy a hacer chek-in automático y la máquina no reconoce mi dni asociado a mi nombre; 2/ Comunico la incidencia y me dicen que con billete electrónico tengo que hacer el check-in en máquina por narices; 3/ Después de unas cuantas vueltas, un azafato se apiada de mí y me dice que me ponga en la cola de un puesto de facturación; 4/ Delante de mí hay unos tíos con dos millones de maletas que, para que no les cobraran suplemento por sobrepeso, se ponen a deshacerlas y redistribuir el equipaje entre ellos; 5/ Cuando por fin me atiende el tipo de facturación, ya es tarde y no puede sacarme la tarjeta de embarque, así que se va a pedir permiso para hacerme una manual; 6/ Vuelve el tío con la tarjeta manuscrita y me dice que vaya cagando leches a embarcar; 7/ Llego pitando al arco y... tacháaaaan, los listos de seguridad me dicen que tengo que abrir el equipaje; 8/ Les digo que voy a perder el avión, que me revisen rápido el equipaje. Uno de los imbéciles de seguridad coge el bolso de noche que llevo en la maleta y se pone a abrirlo, saca también los zapatos de sus fundas, desparrama la ropa por la cinta, me hacen descalzarme; 9/ Me cago en los muertos de los seguratas y uno de ellos se lleva mi dni, tarda 10 minutos en volver, bajo la excusa de que soy una tipa peligrosa; 10/ Increíblemente, consigo coger el avión porque, aunque estaba el vuelo más que cerrado, una azafata tuvo que salir del finger a nosequéleches. O sea que... Yo no sé si querría vivir en Alemania, pero en España... Beso, querido.

Carlos J. Galán dijo...

Y buena razón tenía el segurata en que eres una tipa peligrosa, aunque seguramente no por lo que él cree. En este país, la inteligencia es subversiva. En fin, paciencia, Ana. Un beso.

Anónimo dijo...

:-) Beso agradecido, Carlos.