Hoy sábado 10 de septiembre El Hoyo de Pinares rendirá merecido tributo a la acuarelista natural de esa villa Teresa Beltrán. Por diversas circunstancias, no será posible que esté físicamente presente y participe en el acto, pero nada ni nadie va a impedir que, aunque sea desde la distancia, sume mi palabra a este homenaje.
Nuestra primera conversación tuvo lugar hace casi treinta años, con ocasión de una entrevista que le hice para Diario de Ávila. Yo formaba parte entonces de un grupo de jóvenes que habíamos fundado una asociación con la intención de cambiar el panorama de la entonces inexistente vida cultural de nuestro pueblo. Por su parte, Teresa acababa de exponer, con una gran acogida, por vez primera en la localidad. Por fin se había animado a sacar de la invisibilidad su arte, en el comienzo de una trayectoria que estaría repleta de éxitos y reconocimientos. La casa de Teresa se convirtió aquellos años en un refugio, en una trinchera de belleza y de poesía, en la que íbamos coincidiendo personas que compartíamos inquietudes, al calor de la tertulia y la amistad.
En las décadas siguientes la calidad artística de nuestra paisana fue siendo cada vez más conocida y reconocida nacional e internacionalmente. La obra de Teresa protagonizó exposiciones individuales y formó parte de muestras colectivas y comenzó a formar parte de importantes colecciones públicas y privadas. Las numerosas distinciones tuvieron su cota más alta cuando obtuvo la Medalla de Oro en acuarela del Concurso Nacional de Pintura, convocado por la Federación de Casinos de España. Además, por sus clases en El Hoyo de Pinares y en el Centro Cultural Palacio Los Serrano de la Obra Social de Caja Ávila han pasado a lo largo de los años numerosos alumnos, que se han iniciado de su mano en el mundo de la pintura.
Teresa había sido ya homenajeada en Navalperal de Pinares, en el municipio segoviano de Zarzuela del Monte -por su impulso a la notable pinacoteca del municipio- y en Ávila, primero con un premio de la Asociación de Mujeres Empresarias Ximena Blázquez y luego en un cálido e inolvidable acto que organizó el propio Ayuntamiento de la ciudad... Sin duda, ya tocaba que nuestro pueblo se uniera y, por ello, aplaudo este oportuno gesto de la Corporación Municipal.
"Cuando el alma no colabora con las manos, no hay arte", dijo el gran Leonardo Da Vinci. Eso es exactamente Teresa: no sólo técnica, no sólo talento, también, y muy especialmente, alma. Que sigamos disfrutando muchos años de esa creatividad y esa sensibilidad. Felicidades.
En las décadas siguientes la calidad artística de nuestra paisana fue siendo cada vez más conocida y reconocida nacional e internacionalmente. La obra de Teresa protagonizó exposiciones individuales y formó parte de muestras colectivas y comenzó a formar parte de importantes colecciones públicas y privadas. Las numerosas distinciones tuvieron su cota más alta cuando obtuvo la Medalla de Oro en acuarela del Concurso Nacional de Pintura, convocado por la Federación de Casinos de España. Además, por sus clases en El Hoyo de Pinares y en el Centro Cultural Palacio Los Serrano de la Obra Social de Caja Ávila han pasado a lo largo de los años numerosos alumnos, que se han iniciado de su mano en el mundo de la pintura.
Teresa había sido ya homenajeada en Navalperal de Pinares, en el municipio segoviano de Zarzuela del Monte -por su impulso a la notable pinacoteca del municipio- y en Ávila, primero con un premio de la Asociación de Mujeres Empresarias Ximena Blázquez y luego en un cálido e inolvidable acto que organizó el propio Ayuntamiento de la ciudad... Sin duda, ya tocaba que nuestro pueblo se uniera y, por ello, aplaudo este oportuno gesto de la Corporación Municipal.
"Cuando el alma no colabora con las manos, no hay arte", dijo el gran Leonardo Da Vinci. Eso es exactamente Teresa: no sólo técnica, no sólo talento, también, y muy especialmente, alma. Que sigamos disfrutando muchos años de esa creatividad y esa sensibilidad. Felicidades.
1 comentarios:
Te lo mereces
Te queremos
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