Timoteo Gallego, alcalde de El Hoyo de Pinares (1952-63)

Publicado en el Programa de Fiestas de San Miguel 2016 de El Hoyo de Pinares

El pasado 8 de julio falleció, a los 98 años de edad, Timoteo Gallego Galán, quien fuera alcalde de El Hoyo de Pinares durante más de una década, un mandato que sin duda marcó un punto de inflexión en la evolución del municipio. Si cada año damos a conocer aquí episodios de nuestra historia local, resulta muy oportuno recordar en esta ocasión algunos de los hitos fundamentales de esa etapa. 

Timoteo Gallego fue nombrado alcalde por el gobernador civil de Ávila el 11 de julio de 1952, sustituyendo en el cargo a Fabriciano Galán Tejedor. Para las más recientes generaciones hay que explicar que, durante el régimen franquista, los alcaldes no eran elegidos democráticamente, sino nombrados por el Gobernador Civil (figura que es la antecesora de los actuales Subdelegados del Gobierno en cada provincia, pero con mayor poder). Los concejales, por su parte, se renovaban por tercios: uno ellos designado por el sector sindical, otro por las instituciones culturales de la localidad y el tercio restante elegido por los cabezas de familia del pueblo, pero sin que se autorizase la existencia de partidos políticos. 

A mediados del siglo pasado, el pueblo carecía de suministro de agua potable. El agua para beber, cocinar, limpiar o asearse, se tenía que llevar en cántaros a las casas. En la parte alta del arroyo se lavaba la ropa. Y en la parte baja del mismo –que atravesaba el casco urbano- y en muchas callejas se arrojaban aguas fecales, porque las viviendas, claro está, tampoco contaban con cuartos de baño ni desagües. 

Éste es el panorama en el que la Corporación Municipal presidida por Fabriciano Galán acuerda poner en marcha en 1951 la ambiciosa obra de abastecimiento de agua al municipio, aprobando un presupuesto de 1.213.138 ptas. y solicitando el auxilio estatal. 

Inauguración red de agua potable
Con la llegada de Timoteo Gallego al frente de la alcaldía, se hace realidad este proyecto, para el que se aprobaron en 1954 presupuestos extraordinarios. 

El agua potabilizada abasteció inicialmente las fuentes públicas y, durante los años siguientes, hasta 1958, se adoptaron los acuerdos precisos que permitieron que llegase a los hogares y que el municipio contase con una red de saneamiento. La transformación que supuso esta obra fue inmensa, en términos sanitarios y de calidad de vida. 

Coincidiendo con el abastecimiento de agua, se construyó en 1955 una nueva fuente en la entonces denominada Plaza de los Mártires, hoy precisamente Plaza del Caño. Con un presupuesto de 14.900 ptas., el cantero Julián Estévez se encargaría de ejecutar esa obra, que actualmente es uno de los emblemas de nuestro pueblo. Luego se le encargarían siete fuentes más, distribuidas por distintos barrios. 

Bendición y entrega de viviendas sociales
Otra de las preocupaciones de la Corporación Municipal que encabezó Timoteo Gallego fue el problema de la vivienda. En muchas casas antiguas, sin las debidas condiciones de habitabilidad e higiene, se hacinaban familias enteras, a menudo sin división de habitaciones y, en no pocas ocasiones, compartiendo espacio incluso con ganado o caballerías. 

El 23 de enero de 1955 el consistorio acuerda ofrecer a la Obra Sindical del Hogar de la Delegación Nacional de Sindicatos dos terrenos del municipio para la construcción de 50 viviendas en cada uno. La primera fase que aprobó este organismo fue de 34 viviendas en el Plan Sindical de 1955. En 1959 se lograría la aprobación de otra promoción de viviendas sociales. Las llamadas popularmente “casas baratas”, en la zona de Fuente Nueva y en la zona de la Herrén de las Ánimas, contribuyeron a mejorar la vida de muchas familias y fueron otro impulso a la modernización del municipio. 

Inauguración Escuelas, 1957
Obra destacable de este período fue también la construcción de lo que hoy conocemos como Escuelas “de arriba”. El 11 de enero de 1953 se dieron los primeros pasos cuando el alcalde expuso al pleno “la imperiosa necesidad de llevar a efecto la construcción de un edificio escolar, donde puedan recibir enseñanza los niños de todas las edades, de la disciplina de Primera Enseñanza, habida cuenta de que los locales actuales habilitados para escuelas en la localidad no reúnen las condiciones de capacidad e higiene que requieren las disposiciones vigentes”. 

Para ello, la Corporación acuerda acogerse a las subvenciones que el Ministerio de Educación otorgaba y utilizar para el futuro edificio escolar un solar de propiedad municipal en la “Herrén del Cristo”. Como curiosidad, señalaremos que hubo de llegarse a un acuerdo con la iglesia, porque en el mismo había estado ubicado un viejo cementerio, cuyos restos se trasladaron al actual (obviamente nos referimos a su ala más antigua, de los años veinte, y no a la ampliación que se llevo a cabo en la década de los ochenta). 

Se acordó que el proyecto contase con dos clases unitarias y ocho clases o grados más, cuatro para niños y cuatro para niñas. El 12 de diciembre de 1954 se sacó a concurso-subasta su ejecución y el 23 de enero se adjudicó al constructor Mario Iglesias Ferrer en la cantidad de 1.200.000 ptas., la mitad subvencionada por el Estado. La ejecución de la obra culminó en 1957. 

 También corresponde a este mandato la edificación del Matadero Municipal de ganados. El 30 de febrero de 1955 se da luz verde al presupuesto, de 198.581 ptas. para unas instalaciones que se ubicarían “en el sitio llamado Los Herrenazos, entre el Camino del Cementerio y la Carretera de Valdemaqueda”. 

 En 1957, el pueblo vivirá una jornada histórica y festiva con la inauguración de la red de agua, las Escuelas y el Matadero, en presencia de las autoridades provinciales. Timoteo quería que el acto gozara de la solemnidad que la ocasión requería y así lo expuso al pleno: “Sería prudente que, al tener lugar la total terminación de las obras de abastecimiento de aguas a la población, así como también las de construcción de los Grupos Escolares y Matadero Municipal, ambas de bastante consideración y de incalculable utilidad para el vecindario en general, se lleve a efecto la inauguración de las mismas con toda la brillantez que sea posible, dada la importancia de estos servicios para el progreso en esta localidad, señalándose una fecha para la realización de la ceremonia, a la que serán invitadas cuantas autoridades y jerarquías sean dignas de tal distinción”. 

El 31 de diciembre de 1960 se acuerda adquirir terrenos para que el Grupo Sindical de Colonización construya una Bodega Cooperativa para los viticultores de El Hoyo de Pinares, edificio cuya ejecución saldría a subasta en el Boletín Oficial del Estado en 1962. 

La educación y la cultura fue otra de las inquietudes del Ayuntamiento, que promovió la creación de una Academia para preparar alumnos de la localidad para el Bachillerato Elemental, dispuso becas municipales para ayudar a las familias de estudiantes y creó la Escuela de Formación Profesional de la Madera, donde muchas personas aprendieron un oficio. 

Una parte de un edificio de titularidad municipal sito en Plaza de los Mártires sería cedido en 1956 para ubicar la Hermandad de Labradores y Ganaderos. La otra mitad del mismo edificio se alquilaría en 1958 por 1.200 ptas. anuales para que el pueblo contase con otro nuevo servicio: la sucursal de la Caja de Ahorros de Ávila. 

También muchas calles, como Santa Teresa, Plaza de la Resurrección, Portugal, Mediodía, etc. fueron pavimentadas en la época, algunas de ellas con adoquinado fabricado por los canteros del propio pueblo. 

La subasta y adjudicación de decenas de parcelas en las zonas de la Perdiguera y Niña Montero a partir de 1959 supuso el impulso decidido del Ayuntamiento a una incipiente colonia veraniega, que transformaría definitivamente la realidad de nuestro pueblo. 

El 24 de julio de 1962 el pleno acordó la construcción de las piscinas naturales, mediante retenciones en el río Becedas. 

El fructífero período de Timoteo al frente de la alcaldía terminó en enero de 1963. No cabe duda de que, durante ese mandato, El Hoyo de Pinares da el salto de la miseria de posguerra al desarrollo. Pasa de ser un pueblo agrario a desarrollar por vez primera los sectores del turismo, la construcción y los servicios, tendencia que continuaría con los dos siguientes alcaldes. 

Podría pensarse que la localidad se limitó a verse beneficiada por esa misma evolución en el país. Y no es cierto. Efectivamente, España experimenta similar transformación con los Planes de Desarrollo, pero fue algunos años más tarde y, además, ese crecimiento económico no benefició a todos los municipios sino que, muy al contrario, marcó el inicio del éxodo rural a las ciudades y la desaparición de no pocos pueblos. 

Fue la capacidad visionaria de quien estaba en la alcaldía, con el apoyo de los integrantes de sus Corporaciones, lo que permitió que nuestra villa se adelantase a tener servicios esenciales para la población y a sentar las bases para, a continuación, promover que pudiera ser también elegida como segunda residencia. Un acierto que cambió el destino de El Hoyo de Pinares, que, hasta mediados de la década de los setenta, experimentaría un notable desarrollo. 

Aunque sólo me estoy refiriendo a su etapa como regidor y no a toda su trayectoria vital, creo que no sería justo quedarnos con la imagen de Timoteo Gallego únicamente como alcalde de la dictadura, aun cuando tuviera esta brillante gestión. Ha de reconocerse también que fue un hombre que, años después, apostó por la reforma democrática, por la reconciliación y por la convivencia de todos. 

Dotado de una gran inteligencia e interesante conversación y con casi un siglo de vida a sus espaldas, Timoteo era historia viva. Una calle con su nombre recuerda hoy en nuestra localidad a un alcalde cuya gestión, como toda obra humana, tendría sus virtudes y sus defectos, pero cuya extraordinaria visión de futuro contribuyó posiblemente a cambiar el destino de nuestro pueblo. 

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Fuentes consultadas: 

- Archivo Municipal. Libros de actas de plenos. (Mi agradecimiento a Juan Luis Beltrán por su inestimable colaboración en la labor de documentación). 
- Libro El Hoyo de Pinares: Imágenes del Ayer. Carlos Javier Galán. 1999. 
- Artículo Los alcaldes del siglo XX en El Hoyo de Pinares. Raúl Santamaría. Programa de fiestas 2002. 
- Artículo Timoteo Gallego Galán, de la serie Alcaldes de Hoyo de Pinares. Juan de Pablo Ayuso. El mirador de la Sierra
- Serie de artículos Retazos de nuestra historia. Carlos Javier Galán. Programas de fiestas de San Miguel en El Hoyo de Pinares, 2001 a 2005. 
- Boletín Oficial del Estado 
- Diario de Ávila 
 - Diario hoyanco

Imágenes:

- Fotografías cedidas por Timoteo Gallego Galán para el libro El Hoyo de Pinares: Imágenes del Ayer, de Carlos Javier Galán.

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