Mabel Lozano es sobradamente conocida como presentadora de programas televisivos y como actriz de televisión y de cine, donde ha trabajado a las órdenes de directores de la talla de Berlanga o Garci.
Pero, además, en los últimos años ha llevado a cabo una fecunda labor como directora de documentales que destacan por su calidad y por su compromiso social: Voces (contra la trata de mujeres) (2007), La teoría del espiralismo (2009) sobre deportistas paralímpicas, Las sabias de la tribu (2010) que se acerca a la singular generación de mujeres de la posguerra y Madre (2012) acerca de la maternidad en el siglo XXI.
Ahora, Mabel vuelve sobre la compraventa de mujeres con fines de explotación sexual en Chicas nuevas 24 horas, un trabajo que se estrenó en el Festival de Cine de Málaga. Yo tuve oportunidad de verla recientemente en la Cineteca de Matadero Madrid. En estos días se está exhibiendo en los cines Zoco de Majadahonda. Y, con imágenes recogidas durante la realización de la película, se ha organizado también una exposición fotográfica que el 23 de septiembre llega a la Casa de América, acompañada por una mesa redonda.
Chicas nuevas 24 horas nos recuerda que esta esclavitud de nuestros días genera 32.000 millones de dólares, el tercer negocio más lucrativo tras la venta de armas y el narcotráfico, y tiene como víctimas a casi dos millones y medio de personas, de ellas prácticamente el 80 % mujeres y niñas.
El documental se construye precisamente a partir del contraste de poner en relación un planteamiento de puro negocio rentable con la dramática realidad de la explotación de seres humanos. Seguimos el testimonio real de varias mujeres que fueron sometidas a trata. Y Mabel lo presenta sin caer en la tentación de la recreación sensacionalista o efectista. La realidad que nos muestra es por sí sola elocuente.
Creo que realmente es mejor no contar mucho más: hay que verlo, sin más. Yo salí verdaderamente impresionado. Y le pasó lo mismo al resto de espectadores que abarrotaron la sala durante los días de proyección en Madrid: absoluto silencio durante la estremecedora película y un significativo y unánime aplauso final.
En todas sus intervenciones públicas, Mabel Lozano está poniendo el acento en la posibilidad de prevención que existe. El perfil que se busca en los destinos más frecuentes (fundamentalmente, Europa Occidental) es conocido. Y la procedencia de las mujeres sometidas a trata también está muy localizada geográficamente. Por eso, Chicas nuevas 24 horas es, entre otras muchas cosas, una apelación a las conciencias y a la responsabilidad ante una lacra que nos concierne a todos. Un llamamiento a que los poderes públicos y los ciudadanos no sigamos mirando para otro lado.
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