Sus habitantes la llaman cariñosamente Chepe. La actual capital de Costa Rica se fundó en 1737, aunque a lo largo de la historia San José se disputó, a veces violentamente, la capitalidad con Cartago, el primer asentamiento estable de los españoles.
Actualmente yo creo que tendrá una población cercana al millón de habitantes, pues ha ido aumentando, tanto por la inmigración interior del país como por la de nicaragüenses, todos ellos buscando una mayor prosperidad económica.
Además de pasear por la ciudad y conversar con los josefinos, de San José no hay que perderse la vida que late en sus bulliciosos mercados, especialmente el Mercado Central.
La capital tiene algunos museos (el Museo del Jade, el Museo de Arte Contemporaneo, el Museo Postal…), parques (La Sabana, el Central…) y plazas simbólicas (la Plaza de la Cultura, la Plaza de la democracia…).
Pero sobre todo la visita obligada en San José de Costa Rica es su Teatro Nacional, construido en 1890. Es el edificio público más vistoso de la ciudad, con una fachada neoclásica y una rica decoración interior. Hoy acoge óperas y conciertos e incluye una cafetería y una galería de arte.

El parque lleva el nombre del tercer presidente electo de la república, tiene 48.000 hectáreas de bosque tropical, colinas, cascadas y algunos volcanes.


Bueno, preparen las maletas, que nos vamos para Tortuguero. Ahí ya sí que nos encontraremos de lleno y con más detalle con lo mejor de Costa Rica: su increíble naturaleza.
3 comentarios:
me quedo con la ultima foto.
desprende aventura.
San José.. mi amor-odio hacia esta ciudad enana es indecible.. es bueno verla a través de unos ojos que no sean los míos, así no me parece tan mezquina y miserable...
Tengo una deuda enorme con ella... que se llama "Chepetrópolis: La Ciudad de huele a Pollo Frito"...
A ver si a fin de año cumplo mi palabra...
Ah !!
Hola, lindo blog !!
Hola, Mile,encantadísimo de tenerte por aquí, bienvenida. Te pasaré a ver por tus blogs. A mí San José me resultó simpática, con gente que se portó muy amablemente conmigo y con algunos sencillos encantos. Pero claro que eso es la percepción de una visita fugaz que no pretende ser más que eso. Hay ciudades donde te sientes a gusto cuando pasas, sabiendo precisamente eso, que estás de paso -así fue en San José- mientras que hay otras que te atrapan y en las que tienes la sensación de dejarte algo tuyo allí -no fue el caso, la verdad-. Y no sé cuál sería la sensación si viviera permanentemente allí, supongo que me ahogaría un poco... Desde luego, me acogieron bien y los paseos fueron agradables, pero la capital no es lo que más me gustó de Costa Rica. Cuando cumplas esa deuda pendiente, no dejes de avisarme... Besos. Vuelve cuando quieras.
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