Cuando los SMS los carga el diablo

Hay veces que los SMS van a su bola y no transmiten lo que tú les mandas, sino lo que surge, al azar…

Un domingo había quedado con una amiga para tomar café después de comer y, entre unas cosas y otras, nuestro café se alargó... Como, por otro lado, por la noche había quedado para ir al cine con un amigo, le pregunté a ella si se quería venir. “No me apetece –me contestó-, ve tú, pero hacemos una cosa: como el cine está cerca de mi casa, cuando salgas, me das un toque y, si estoy despierta, bajo a tomar una copa”. Cuando salí del cine era más tarde de lo que habíamos calculado y me daba palo llamarla por si estaba dormida, así que pensé: mejor le envío un SMS, espero un poquito y, si no me contesta, me voy. Escribí el mensaje: “¿Estás despierta todavía?”. Pero, al buscar destinatario en la agenda, acabé enviándoselo por error a otra chica con el mismo nombre de pila…

Qué mamón el teléfono móvil. Lo rápido que envió el mensaje y el poco caso que me hizo cuando yo di a “cancelar” compulsivamente como un poseso. “Mensaje enviado”, me puso en la pantalla enseguida, sin poder remediar el desaguisado. La destinataria accidental es alguien a quien sólo conozco –y poco- por temas profesionales, que debió alucinar la pobre. Supongo que cuando leyó mi mensaje a la una y pico de la madrugada pensaría: “¿y a este idiota depravado qué coño le importa si estoy dormida o qué estoy haciendo?”.

Por fin se lo envié a la destinataria real. ¿A la segunda iba la vencida? Pues tampoco, porque ésta tenía el móvil mal desde hacía algunos días. Las llamadas le entraban bien, pero con los SMS el funcionamiento era un auténtico caos, no le llegaban o le llegaban con mucho retraso, pero yo en ese momento no lo sabía. Esperé un poco y, como no hubo respuesta, me acabé marchando a casa. Al día siguiente, a esto de la una del mediodía recibo una contestación que empezaba: “Claro que estoy despierta!!...”, como con cierta indignación, creyendo que yo me había pensado que era una dormilona incorregible... Ella acababa de recibir el mensaje enviado por mí doce horas antes. Por la noche, por cierto, sí estaba despierta leyendo y sí hubiera bajado a tomar una copa… Puto móvil…

Meses atrás, un amigo periodista se había empeñado en que tenía que hablar conmigo de un asunto con cierta urgencia y que lo mejor era quedar ese mismo día a las doce de la noche. Quedé con él en un pub irlandés no muy lejos de mi casa. Cuando terminó de contarme lo que quería decirme, se marchó. A mí al principio no me apetecía salir esa noche, pero, una vez que ya había salido, lo que no me apetecía ahora era volverme.

Me acordé de una amiga que a esa hora salía de trabajar por esa misma zona. Envié un SMS: “Estoy cerca de tu curro y no me apetece irme a casa. Dame un toque si todavía estás por aquí y te dejas invitar a una copa”.

Por estas cosas de la torpeza con las nuevas tecnologías, ella sólo vio lo que aparecía en la primera pantalla, sin avanzar en el mensaje, y le salió esta proposición: “Estoy cerca de tu curro y no me apetece irme a casa. Dame un toque si todavía estás por ahí y te dejas”. Tal cual.

Quedamos en la terraza de un restaurante, donde estaba haciendo sobremesa con un amigo que iba acompañado por su pareja. Cuando yo llegué, los tres se estaban partiendo de risa y me contaron lo que había leído al principio, hasta darse cuenta de que el texto del mensaje continuaba.

Les pregunté a sus amigos:

- Pero, cuando vio el resto del mensaje ¿suspiró aliviada?
- Qué va, cuando vio la segunda parte dijo “buaaaah
”– y reproducían un gesto de decepción.

Que conste que, en una reciente comida, me ha dado permiso ella para contarlo aquí, ¿eh?…

Aquella noche estuvo divertida, pero las cosas no fueron por donde parecería previsible. Todavía me deparaba alguna otra sorpresa, hasta con un puntito de morbo...

En fin, estábamos hablando de los SMS, así que, como decían en el Un, dos, tres: “…hasta aquí puedo leer”.

(Fotografía: Google SMS, de Manu Contreras, de la galería de imágenes Creative Commons de Flickr)

7 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Venga, hombre...¿ahora nos vas a dejar así?

Referente a lo de los sms contaban que, en una ocasión, se cruzó uno enviado por un marido a su esposa en el que le decía, más o menos, "que había llegado bien, que el lugar era mucho mejor de lo que imaginaba y que todo el mundo le estaba tratando de maravilla. Que la quería" Parece que el tipo se había ido de viaje de negocios a otra ciudad.

Bueno pues, por lo visto, el sms le llegó a una señora que había enviudado el día anterior. El resto os lo podéis imaginar...

Y lo de las cañas, está hecho. Para bien o para mal, el infierno termina el viernes por la tarde.

Anónimo dijo...

un puntito de morbo? la novia del otro?

me vais a considerar un macabro pero en noticias de móviles a mí me llamó en su dia la atención esta:
http://www.20minutos.es/noticia/368673/llamada/movil/muerto/

H dijo...

En solidaridad contigo, dos postdatas. Uno, me dijo "te llamo en un minuto" y no me llamó. Dos horas después le mandé un mail, harta de sus desplantes y su falta de seriedad. 8 horas después recibí un sms de una llamada perdida. Mi móvil había decidido estar KO desde las 10 de la noche a las 8 del día siguiente, aunque aparentemente estaba encendido y en funcionamiento. Segundo postdata. Había posibilidad de que mi antigua compañera de piso dejara la casa, para alivio de mi otra compañera y mío. Situación insostenible, pero con corrección y cariño (si no, habríamos cortado por lo sano mucho antes). Me manda un mail "al final me quedo". Empiezo a blasfemar ante mis compañeras de trabajo "oh, no "Fulanita" se queda" mientras escribo un sms a mi otra compañera de piso para decírselo. Y le dí a enviar mientras pronunciaba la palabra "Fulanita", así que, sin querer, se lo envié a Fulanita. Ni cancelar, apagué el móvil en el mismo momento que me di cuenta, pero ya era demasiado tarde. Freud se revolvió de placer en su tumba, por cierto.

Besos!

H

Anónimo dijo...

Buena la historia, Finisterre. Lo de las cañas no va a poder ser el viernes 9, pero sábado o domingo, a vuestra entera disposición.

J.P., parece que no sale completo el enlace que has dejado, pero lo he localizado. De las de móviles de muertos, mi favorita es ésta: http://www.20minutos.es/noticia/32206/0/Piden/exhumar/madre . Pero no por la historia en sí de la muerta que llama a sus hijos, sino porque me reí mucho con el humor negro, los comentarios cabrones de la gente: "En este momento estoy muerta y no puedo atender su llamada. Deje su mensaje después de la señal". "¿Qué compañía da servicio a esta mujer? Porque no se puede negar que tiene buena cobertura"...

Veo que en los despistes con los mensajes tú tampoco te quedas atrás, Henar. El último debe de ser de lo más frecuente, lo de estar pensando no en el destinatario sino en la persona de la que hablas -mal- en el propio mensaje, porque yo también estuve a punto de hacerlo hace poco, aunque me di cuenta en el último segundo, con sudor frío. ¿No has salido en el puente por ahí? Si es así, creo que sólo quedamos en Madrid tú, yo y pocos más.

H dijo...

Qué va, no he salido, llevo unos meses de mucho viaje y necesitaba 4 días de esparcimiento en el hogar, aprovechando que mi ya única compi de piso se ha ido a ver a su chico a Barna. Pero, por mi parte, se han quedado todos los importantes, así que he estado entretenida...

Oye, se repite partido el próximo domingo, por si te entra el gusanillo futbolero...

Besinos, cuídate!

H

Anónimo dijo...

Hasta tal punto hemos incorporado las nuevas tecnologías a nuestras vidas, que ya no sabemos vivir sin ellas, aunque a veces nos jueguen malas pasadas. Da qué pensar.